Empieza la jornada a mediodía con el paseo de caballos, que estos sí que son un autético lujo, animales preciosos de pura raza y cuidados en extremo, sólo al alcance de algunos por su elevado coste y mantenimiento, lo cierto es que las calles se llenan de caballos con jinetes y tirando de carros a cual más lujoso. Para los pudiente es una ocasión para exhibirse y compartir espacio con el famoseo en las revistas.
La gente va por las casetas según sea invitado o tenga pase para ellas, ya imagináis: comer, beber y bailar, es el lugar propicio para todas las relaciones sociales, y así hasta que el cuerpo aguante, siempre hay gente hasta por la mañana, que es la hora del chocolate y churros, también muy típico de esta feia, hay muchos puestos dedicados sólo a esto y demás bares de la zona (en las casetas no hay chocolate).
Qué hacer si no tienes caseta. La calle es de todos y desde aquí se ve el interior de las casetas, ha sido una situación muy criticada de esta feria, sólo dedicada a unos pocos, los demás sólo espectadores. Así, con la llegada de la democracia la ciudad está dividida en distritos según los diferentes barrios y cada distrito tiene su correspondiente caseta donde la entrada es libre para cualquiera. Así que ya hay donde meterse, otra cosa es que haya materialmente sitio, sobre todo en horas punta.
ROPA.- Cada vez más lujo, a pesar del polvo y que después de la feria la ropa tiene que ir a la tintoreria. Ellas, ya sabéis el traje de volantes, que es el único traje regional sometido a moda, muy costoso y que hay que renovarlo y tener varios, además de los trajes de noche, mantones, joyerío y zapaterío. Ellos, si montan a caballo el traje corto y ajustado, y los demás, trajes y corbatas, claros a mediodía y oscuros por la noche. Cada vez se cuida más la estética y las formas, yo recuerdo que hace años nadie llevaba corbata a la feria y ahora a traje diferente por día.
Otra cosa curiosa de esta feria son los puestos de turrón, sí el mismo que nos tomamos en Navidad, toda una calle está llena.
Bueno, me había propuesto daros una reseña y al final ha salido un testamento, disculpas si os aburro, otro día seré más breve. Salu2
La gente va por las casetas según sea invitado o tenga pase para ellas, ya imagináis: comer, beber y bailar, es el lugar propicio para todas las relaciones sociales, y así hasta que el cuerpo aguante, siempre hay gente hasta por la mañana, que es la hora del chocolate y churros, también muy típico de esta feia, hay muchos puestos dedicados sólo a esto y demás bares de la zona (en las casetas no hay chocolate).
Qué hacer si no tienes caseta. La calle es de todos y desde aquí se ve el interior de las casetas, ha sido una situación muy criticada de esta feria, sólo dedicada a unos pocos, los demás sólo espectadores. Así, con la llegada de la democracia la ciudad está dividida en distritos según los diferentes barrios y cada distrito tiene su correspondiente caseta donde la entrada es libre para cualquiera. Así que ya hay donde meterse, otra cosa es que haya materialmente sitio, sobre todo en horas punta.
ROPA.- Cada vez más lujo, a pesar del polvo y que después de la feria la ropa tiene que ir a la tintoreria. Ellas, ya sabéis el traje de volantes, que es el único traje regional sometido a moda, muy costoso y que hay que renovarlo y tener varios, además de los trajes de noche, mantones, joyerío y zapaterío. Ellos, si montan a caballo el traje corto y ajustado, y los demás, trajes y corbatas, claros a mediodía y oscuros por la noche. Cada vez se cuida más la estética y las formas, yo recuerdo que hace años nadie llevaba corbata a la feria y ahora a traje diferente por día.
Otra cosa curiosa de esta feria son los puestos de turrón, sí el mismo que nos tomamos en Navidad, toda una calle está llena.
Bueno, me había propuesto daros una reseña y al final ha salido un testamento, disculpas si os aburro, otro día seré más breve. Salu2
