El trabajo del Herrero, EL CASTILLO

Horas de brazos partidos y manos rotas, horas de remaches y afilados en la piedra de pies cansados y agua tibia. De vez en cuando había que engrasar la badana del fuelle con manteca de caballo sin sal, los pliegues de la badana así no se resentían.

Sobre el suelo de tierra el tajo de roble, y sobre él, el yunque de dos cuernos sin ninguna embestida. Sobre el plano y con la tenaza apretada, la reja al rojo vivo; sobre el redondo, la herradura del caballo, al lado, el cubo de agua fría para dar...