EL CASTILLO.- 30.-Así lo llaman por allí. Es muy difícil, sin verlo, dar una idea exacta de lo que es, o de cómo es. Está al oeste del pueblo, casi pegado a las casas. Es un montículo de tierra ovalado, muy pendiente, y con la cima bastante plana. A mí, ama de casa, que me he pasado toda la vida entre cacharros de cocina, no se me ocurre otra comparación, que la de una fuente honda ovalada, puesta boca abajo.
Como eso de grande o pequeño, es muy elástico, diré, que el primo Artur, en un pequeño librito, que se titula “La villa leonesa de Castilfalé”, le da 375 metros de perímetro. De altura yo diría que como una casa de tres plantas, acaso un poco más, en la parte más elevada.
Ya he dicho que es de tierra, y parece de formación natural. Pero. Quién sabe si los hombres no cambiaron un poco su forma, y consiguieron que la meseta, sea tan plana como hoy lo es. Si así les servía mejor para su defensa. La subida, por alguno de sus lados, es muy escarpada, casi inaccesible. Y, por el lado más fácil, para hacerlo con cierta comodidad, hay que subirlo en diagonal. Es lógico que ésta defensa natural, la aprovecharan en los primeros siglos.
Es posible que, en uno de sus lados ovalados, el que mira a Valdemora, hubiera una pequeña “torreta”, que, al derrumbarse, dejó aquello un poco más alto. Pudo servirles de atalaya. Hace muchos años que no subo a él, y no lo recuerdo con exactitud. ¡Buenas están mis pobres piernas para esas hazañas!.
Dicen que ahí se estableció, o se hizo fuerte, un jefe moro. Y de ahí viene el Falé del nombre del pueblo.
Como eso de grande o pequeño, es muy elástico, diré, que el primo Artur, en un pequeño librito, que se titula “La villa leonesa de Castilfalé”, le da 375 metros de perímetro. De altura yo diría que como una casa de tres plantas, acaso un poco más, en la parte más elevada.
Ya he dicho que es de tierra, y parece de formación natural. Pero. Quién sabe si los hombres no cambiaron un poco su forma, y consiguieron que la meseta, sea tan plana como hoy lo es. Si así les servía mejor para su defensa. La subida, por alguno de sus lados, es muy escarpada, casi inaccesible. Y, por el lado más fácil, para hacerlo con cierta comodidad, hay que subirlo en diagonal. Es lógico que ésta defensa natural, la aprovecharan en los primeros siglos.
Es posible que, en uno de sus lados ovalados, el que mira a Valdemora, hubiera una pequeña “torreta”, que, al derrumbarse, dejó aquello un poco más alto. Pudo servirles de atalaya. Hace muchos años que no subo a él, y no lo recuerdo con exactitud. ¡Buenas están mis pobres piernas para esas hazañas!.
Dicen que ahí se estableció, o se hizo fuerte, un jefe moro. Y de ahí viene el Falé del nombre del pueblo.
