LA CASITA DE ANTONIO Y TEO
Hoy, pase por la casita. El silencio habita en ella, un hilo de vida me recuerda tus ojos llenos de inquietud.
Agitada como una gacela, expresas sin palabras una vida repleta de sobresaltos, la angustia de correr y no llegar a tiempo.
¡Qué profundo mirar sin apenas detener la mirada! Mujer solida como la roca, generosa y amable, como las criadas de posguerra.
Hoy, vi tu casa, con sus pequeñas ventanas mejoradas por la modernidad, ventanas con historia que desconozco, me atrevo a imaginar vuestra vida en ella, un ir y venir de duros trabajos, con la dignidad más alta que el tejado, la humildad y respeto que habita en la inteligencia, unas vidas llenas de color, que tienen los seres grandes siendo pequeños, como vuestra casita, repleta de lo necesario, con el umbral abierto, llena de luz.
Al paso por ella, el silencio me habla, sintiendo la ternura de dos seres pequeños, que son grandes, muy grandes.
Con todo mi cariño, de Lupe.
Hoy, pase por la casita. El silencio habita en ella, un hilo de vida me recuerda tus ojos llenos de inquietud.
Agitada como una gacela, expresas sin palabras una vida repleta de sobresaltos, la angustia de correr y no llegar a tiempo.
¡Qué profundo mirar sin apenas detener la mirada! Mujer solida como la roca, generosa y amable, como las criadas de posguerra.
Hoy, vi tu casa, con sus pequeñas ventanas mejoradas por la modernidad, ventanas con historia que desconozco, me atrevo a imaginar vuestra vida en ella, un ir y venir de duros trabajos, con la dignidad más alta que el tejado, la humildad y respeto que habita en la inteligencia, unas vidas llenas de color, que tienen los seres grandes siendo pequeños, como vuestra casita, repleta de lo necesario, con el umbral abierto, llena de luz.
Al paso por ella, el silencio me habla, sintiendo la ternura de dos seres pequeños, que son grandes, muy grandes.
Con todo mi cariño, de Lupe.
