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A las espaldas del palacio de los Avellaneda el viajero debe visitar la botica de Ximeno, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII y que siempre ha pertenecido a un miembro de esa familia. Allí está instalado un peculiar Museo de Farmacia en el que se muestra, entre tantas otras curiosidades, una magnífica colección de tarros de cerámica talabricense.
Al otro lado de la plaza se alza la iglesia de Santa Ana, del siglo XVI, que cuenta con una portada barroca del XVIII y fue antigua colegiata. Su retablo mayor es una obra neoclásica que contiene la representación de la santa titular del templo realizada por Alfonso G. Bergaz. Un relicario celosamente custodiado conserva aquí el corazón de Cipriano de Portocarrero, conde de Montijo, padre que fue de Eugenia, la mujer que llegaría a ser emperatriz de Francia. Parece ser que este inusual depósito no ... (ver texto completo)
El palacio de los Avellaneda, situado según vimos en la Plaza Mayor, fue levantado en tiempos del Renacimiento (siglo XVI) y cuenta con una portada plateresca que es una joya de la arquitectura civil española, estando dotado de bellos artesonados mudéjares, góticos y renacentistas que coronan sus elegantes salones. En la portada del palacio se han integrado algunos restos romanos (bustos, columnas, etc.) que proceden de la cercana Clunia, actual despoblado que en su momento albergó más de 30.000 ... (ver texto completo)
A principios del siglo XIV la villa, que conocería momentos de especial esplendor, habría de integrarse en el señorío de la familia López de Avellaneda, que más tarde emparentaría con los Zúñiga. Felipe II, cuando corría el año 1608, la concedió como ducado a Juan de Zúñiga y Avellaneda, virrey de Cataluña y de Nápoles, pasando a depender en tiempos posteriores de la familia de los Portocarrero e integrándose, más tarde, en el patrimonio de los duques de Alba.
Muy cerca de La Vid, a siete kilómetros al norte, se encuentra una población, Peñaranda de Duero, que constituye uno de los rincones de mayor interés turístico de la provincia de Burgos, estando dotada de una Plaza Mayor bellísima, flanqueada por el palacio de los Zúñiga y Avellaneda y la iglesia de Santa Ana y coronada por los vestigios de un imponente castillo. A la plaza, estructurada con casas cuyos bajos están protegidos por soportales de rancia solera castellana y en la que existe un rollo ... (ver texto completo)
Santa María de la Vid cuenta con una magnífica espadaña barroca, propia del gusto churrigueresco, que corona la entrada de su iglesia, en la que se mezclan las construcciones góticas de la nave con una interesante cabecera renacentista. El retablo mayor, obra de Lejalde (1585) contiene una bella representación de la Virgen de la Vid, del siglo XIII. Se trata de una imagen realmente preciosa, dotada de una risueña expresión y elegancia serena, que hacen que para muchos sea, quizás, la representación ... (ver texto completo)
La Comunidad Agustiniana del Monasterio de Santa María de la Vid
Te da la bienvenida más cordial
Y te invita a traspasar la puerta que separa la inquietud de la serenidad,
Las preocupaciones de los hombres de la paz e Dios.
Nosotros, Agustinos, reunidos para amar a Dios y a los Hermanos,
Buscar la Verdad y compartirla,
Alcanzar un alma sola y un solo corazón que tienden a Dios,
Te ofrecemos que vivas con nosotros la plenitud del amor,
La alegría del encuentro y el gozo de la fraternidad. ... (ver texto completo)
SíNTESIS HISTóRICA

1152 Alfonso VII confirma al abad Domingo Gómez de Campdespina, de la Orden Premonstratense, y a sus sucesores la propiedad de los terrenos vitenses con la condición de que se construya allí un monasterio. Las obras de construcción de la primitiva abadía románica duraron 6 o 7 años.

Finales del siglo XIII Se talla la bellísima y excepcional imagen de la Virgen de la Vid, en piedra policromada.

1288 Comienza la primera ampliación del Monasterio, bajo la protección de Sancho ... (ver texto completo)
En mayo de 2003, con motivo de los 850 años de la fundación del Monasterio, se ha inaugurado una exposición conmemorativa que permanecerá abierta hasta diciembre. A través de libros y documentos recorre la historia del Monasterio desde su fundación hasta la llegada de los agustinos en 1865. Es decir, toda la época premonstratense.

También se expone la reproducción facsimilar del Liber Chronicarum, el incunable más hermoso que se conserva en la Biblioteca.
En 1998 se inauguraron las salas del Museo Numismático, en el que se expone, de manera didáctica, una mínima parte del fondo de moneda antigua que se conserva en el monetario del monasterio.
Aunque todo el monasterio puede considerarse un Museo, en 1992 se acondicionó la antigua despensa, obra arquitectónica del siglo XVIII, como museo específico dentro del monasterio. Se trata de una gran sala rectangular cruzada en sentido longitudinal por tres arcos de medio punto, en la que se ha introducido una estructura metálica que conforma una segunda planta sin alterar en ningún momento el diseño original del edificio.
La ESPADAñA, en su género, es una de las obras fundamentales del barroco castellano. Construida en el primer tercio del siglo XVIII bajo la dirección de los maestros Domingo de Izaguirre y Diego de Horna, sustituye a la anterior portada gótica. La parte inferior, presidida por una imagen de Santa María de la Vid, se desarrolla ba jo un arco triunfal de medio punto flanqueado por pilastras corintias, en cuyo interior se disponen, a mod de retablo, dos cuerpos sustentados por columnas. La parte superior, ... (ver texto completo)
El claustro acoje un cuidado jardín con un pozo central a modo de pequeño oasis dentro del conjunto monástico que se convierte en remanso de paz y tranquilidad. Su detenida contemplación y disfrute permite apreciar la armónica integración entre naturaleza y arquitectura, así como gozar de algunas de las más bellas perspectivas de la iglesia. Todo ello transmite al visitante la impresión de encontrarse en el núcleo del monasterio donde, por unos instantes, nuestro acelerado ritmo de vida se detiene ... (ver texto completo)
EL CLAUSTRO INTERIOR mantiene muy bien conservada su arquitectura. La parte baja, realizada en el siglo XVI, tenía en origen abiertos sus grandes arcos, a finales del siglo XVIII fueron cerrados por la obra actual que recrea, en piedra, modelos empleados en el coronamiento de rejas de esta etapa. Parece ser una transposición de las celosías que durante el tardogótico y el renacimiento cerraban las arquerías de los claustros.
El REFECTORIO, construido a mediados del siglo XVIII en el espacio que ocupaban la cocina y el comedor medieval, es una gran sala rectangular que consta de cinco tramos cubiertos con bóvedas de arista articuladas a través de arcos de medio punto y claves oranmentadas con símbolos propios del monasterio y sus abades. Conserva el púlpito de piedra, al que se accede por una escalera disimulada en el muro, donde se realizaban las lecturas que tradicionalmente acompañaban las comidas de los religiosos. ... (ver texto completo)