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La hornacina con la imagen de piedra de la Virgen de la Vid y los cinco cuadros de los misterios gozoso del manierismo napolitano, regalados por el Virrey de Napoles, don juan de Zçuñiga.
Enhorabuena al fotógrafo que nos ofrece esta prodigiosa reproducción.A.M.C.
Serena perspectiva de de los balcones simétricos de la segunda planta e impresionante cúpula octogonal que se alza con el refuerzo de los dos arbotantes.A.M.C.
Espléndido conjunto de contrafuertes con los soberbios escudos platerescos de las familias que colaboraron en la construcción de su capilla funeraria´A.M.C.
Bóveda tardogótica y puerta neoclásica del S.XVIII que da entrada a la escalera principal.A.M.C.
Las onstrucciones de Sebastián Ortiz de Oria se caracterizan por la concepción espacial de amplios ámbitos, con cerramiento octogonal. A. M. C.
La base de este templo renacentista es la armonía de las partes, la claridad en la distribución de los distintos núcleos espaciales iluminados por una luz cenital.
Magnífico retablo renacentista: La cúpula acoge cinco cuadros del manierismo napolitano y la hornacina la imagen de piedra del humanismo maternal de Marís con una ternura singular. A.M.C.
Monasterio fundado por Alfonso VII en 1256, perteneció a los Premostratenses hasta 1865, fecha en la que lo restauraron los Agustinos para seminario de misioneros filipinos; en la actualidad, es noviciado y casa de Espiritualidad con Hospedería y albergue.Telf:947 530 510. Móvil:690 042 920. A.M.C.
Imagen románica de piedra donada por Sancho IV en 1288 al monasterio premostratense, de la escuela burgalesa.
Cúpula octogonal símbolo de la resurrección, que aparece en las iglesias funerarias del camino de Santiago, IMPORTAdo de Jerusalen por los templarios .
La concha apayado en sere mitológicos, con girnaldas de flores y frutos, símbolo del ritmo de las estaciones y de la resurrección de la vida.
Los 4 fustes torsos son símbolo de los cuatro elementos de la tierra - aire. -fuego, -tierra y agua .
La piña en los capiteles románicos indican comunidad, trabajo común, y unidad.
Convecidos de que nuestra dimensión comunitaria no se agota en nostros mismos sino que debe abrirse a la comunión con la humanidad de hoy, queremos comunicar a los hombres, con sencillez y sin orgullo, nuestro testimonio vital de consagrados, torpes e inconsecuentes muchas veces, pero enamorados profundamente del Señor que nos llamó. Para ello hemos abierto las puertas de nuestra casa y el corazón de nuestra comunidad para que todo el que lo desee pueda compartir la oración, la vida y el pan con ... (ver texto completo)