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TARDAJOS: No es corriente que alguien dé su punto de vista sobre...

PUNTO OCTAVO: RESOLUCIONES DE LA ALCALDIA

Se nos informó en este punto que se habían realizado peticiones de subvenciones al IDJ, planes provincicales y el reconocimiento de trienios para la secretaria.

*LA BÁSCULA: También se abordó el tema de la nueva báscula que merece un apartado por todo lo que dio de sí el tema. Se expuso que en cuanto a la ejecución subsidiaria de las obligaciones pendientes de realizar por parte de adjudicatario de la báscula se le había dado un período de audiencia porque el Ayuntamiento (actual) estimaba que no se había repuesto 1200 euros por los materiales, que no se había presentado el informe verificación en el plazo de audiencia porque falta la placa de características que sin ella la báscula no está legal. Mediante esta resolución de alcaldía se le insta a Hergueta a que pague 1200 euros, coloque la placa de características presentando la documentación oficial para la verificación de la báscula- que curiosamente sí estaba presupuestada, y que nunca estuvo tal presupuesto en el Ayuntamiento- en el plazo de 5 días, fecha que ha transcurrido sin que el contratista haya solucionado nada.
El presupuesto no operaba en el ayuntamiento y cuando el mismo fue denunciado por impago fue cuando ha podido tener acceso a él.
En el pleno de agosto de 2015, en que el contratista fue al ayuntamiento les dijo que él no tenía que hacer nada.
En ese momento Salvador y Félix entablaron una disputa sobre si este segundo se creía lo que el alcalde explicaba, y quiso a su vez preguntar. De nuevo, el alcalde volvió a esgrimir que eran las provocaciones de quienes le llevaban la contraria las que le hacían alzar la voz. Aún así, Salvador Tobar hizo las preguntas que creyó necesarias, para que constaran en acta. Que si el ayuntamiento tenía la obligación de pasar la báscula por industria, a lo que le respondieron que sí, y que siempre que se considere necesario. Que Pesas y Medidas podía poner multa al Ayuntamiento, etc..
Si no se pudiera conseguir la verificación habría que pagar la factura que se les reclamaba en el juicio y cerrar la báscula comentó la secretaria.
El alcalde siguió con sus acusaciones en el sentido de que alguien le dejó a Hergueta llevarse los materiales (por un valor de 1200), que en el precio estaba la inclusión de verificación, etc…que se había fichado a una persona que no podía hacer ese trabajo. Y Salva le contradijo, que eso no era cierto y que la solución era pasar la báscula por industria. Había que buscar una solución pero no se daba con ella, así que ya se pasó al punto siguiente.

No es corriente que alguien dé su punto de vista sobre el tema, que se moje, que manifieste lo que buenamente piensa, y sin embargo, voy a hacerlo por enésima vez. A explicar los pasos a lo que llevó este asunto. Igual que otros, que resulta que los papeles que debieran estar en el ayuntamiento, curiosamente no están. Alguien habrá fallado. Se falló en el pasado y se vuelve a fallar en el presente.
Es curioso que cuando al señor alcalde se le pregunte por el expediente de los lodos remita, una y otra vez al juzgado a quien lo pide y a que sea el abogado quien explique el caso. Cuando es el abogado quien tiene órdenes del señor alcalde en que no se facilite información alguna, que a mi, me ha pasado y él mismo me lo ha explicado. Y la gran amistad que le une al alcalde Chema, también.
Y él, nuestro primer edil, "vete al juzgado y consigue tal o cual documento". Y sin embargo se eche las manos a la cabeza cuando ve que hay papeles que no están en el ayuntamiento y deberían de estar. Debe haber un factor común para que estos fallos se hayan dado y se sigan dando en la actualidad. Y el mismo, que no tenemos nuestros propios documentos. La razón puede ser muy sencilla, que no se querían, que no se exigían, que no se quieren o no se quieren exigir, etc...
A mi me ocurrió llevarme una bronca fenomenal en su día por exigir, según mi criterio, el expediente de los lodos, que debía residir en el ayuntamiento ya que éste pagaba el contencioso, y no curiosamente, ese expediente no se reclamó en su día como documento vital del ayuntamiento. Y la mala era yo porque detectaba que eso me parecía irregular. Ahora resulta que tampoco se exigió al contratista el contrato que nos ocupa en el litigio de la báscula. Tampoco interesaba o se creía que por no tener ese documento, el ayuntamiento se vería libre de obligaciones, cuando en la práctica se ha demostrado lo contrario. Si pero no. Si quiero pero no exijo lo que me pertenece, porque se ha visto que si hay deudas que el ayuntamiento debía de afrontar y amparados en no sé que jurisprudencia decidía que no tenía que pagar...