Luego, vino su carta de visita a Burgos, que yo también le serví cuando era Chemari, el amante y estudioso del fado. Cuando ya no era ni corresponsal de nada. Teniendo amigos en el diario de Burgos, comentando que me parecía interesante esa faceta cultural, conseguí que le cedieran un espacio bastante aceptable en la contraportada del diario de Burgos. Poco le pareció dada su importancia. Con un canto en los dientes se podía dar, más de lo que alguien como yo hubiera podido hacer ya si no hubiera sido por tanta afinidad dentro de ese rotativo. Y mucha familiaridad, también. De ahí al cotorro burgalés.
Y luego, el día que tiene la ocasión de corresponder... hasta me niega la palabra, no la de él, sino la mía propia. Tú, te callas que no pintas nada. Y pintar, lo que se dice pintar, nunca lo hice, más allá de unas margaritas y otros dibujos con nota en mi instituto madrileño. Pero amigo de ocasión, te diré que si no pinto es porque lo que más me ha gustado siempre ha sido escribir.
Y si a vosotros, las puertas se os han abierto hasta en un país en crisis, habiendo tenido parte de culpa de esa crisis; a una, se le cerraron de golpe. ¡Y con tanto que escribir no tuve más remedio que buscarme mi propio espacio! Un humilde foro para un humilde pueblo. Del que primero receló, y luego, al ver a las autoridades burgalesas le supo a gloria bendita.
Porque antes, también me busqué mi propio espacio haciendo recopilación de mis trabajos. Que resulta que estábamos en el 2009, cuando no tuve opción a hacer la previa de la fiesta de la Patata, y se me ocurrió recitar un poema en la plaza. Me lo negó una periodista, voz de la Diputación Provincial de Burgos. ¿Ah sí, con que esa tenemos? Vale, ya me haré mi propio espacio dentro de la misma fiesta. Y lo hice, y expuse todo lo que quise exponer. ¡Y qué interesante que era mi trabajo!
No somos para un día sino para toda la vida, para bien o para mal. Cada cual elige lo que más le conviene.
Y luego, el día que tiene la ocasión de corresponder... hasta me niega la palabra, no la de él, sino la mía propia. Tú, te callas que no pintas nada. Y pintar, lo que se dice pintar, nunca lo hice, más allá de unas margaritas y otros dibujos con nota en mi instituto madrileño. Pero amigo de ocasión, te diré que si no pinto es porque lo que más me ha gustado siempre ha sido escribir.
Y si a vosotros, las puertas se os han abierto hasta en un país en crisis, habiendo tenido parte de culpa de esa crisis; a una, se le cerraron de golpe. ¡Y con tanto que escribir no tuve más remedio que buscarme mi propio espacio! Un humilde foro para un humilde pueblo. Del que primero receló, y luego, al ver a las autoridades burgalesas le supo a gloria bendita.
Porque antes, también me busqué mi propio espacio haciendo recopilación de mis trabajos. Que resulta que estábamos en el 2009, cuando no tuve opción a hacer la previa de la fiesta de la Patata, y se me ocurrió recitar un poema en la plaza. Me lo negó una periodista, voz de la Diputación Provincial de Burgos. ¿Ah sí, con que esa tenemos? Vale, ya me haré mi propio espacio dentro de la misma fiesta. Y lo hice, y expuse todo lo que quise exponer. ¡Y qué interesante que era mi trabajo!
No somos para un día sino para toda la vida, para bien o para mal. Cada cual elige lo que más le conviene.