La propia idiosincrasia de mi piel está determinando que tenga que ir al hospital cada lunes de la semana. Y así voy viendo, el día a día de la flor de la lavanda, que me encanta. El próximo lunes habrá madurado un pelín más. Cojo al vuelo unas cuantas vedijas y me huelen a gloria y me impregnan de ese particular aroma. Todo, porque todos sabemos acerca de los precios abusivos del parking, así que con silla en mano y contando con quien me lleva, emprendemos nuestro paseo diario. No sólo lavanda hay en esas inmediaciones, también salvia plantada en los balconcillos de la carretera. La cosa es que nos hicieron aprender su cuantía en contadas ocasiones, en que era imposible prever los tiempos. Y si, al final, se aprende y acortas gastos, a la vez que mermas ingresos a otros.
Un punto nada más y está produciendo que nos tengamos que desplazar. Porque según me ha explicado la doctora, a veces, nuestro organismo fabrica de manera muy rápida células improductivas que a la larga no hacen que la herida se sane. Son, me explicó, células muertas que taponan y no dejan que la piel se restablezca al tiempo que el resto de la herida.
Me dijo, no te va a doler. Vale, le contesté, pero es ya suficiente para mi, me mareo y prefiero prevenir, así que ya no miro más.
Total, que una simple aprensión hace que tu tensión baje por momentos, y lo sepas si como me pasó ese día te la miran. ¡Anda que si hubiera salido sin desayunar, igual me había dado un yuyu!
Entonces la doctora me envió a rayos para saber cómo va uniendo el hueso desde el día de la operación de urgencias porque una vez allí se pueden abordar más mediciones.
¡Cuánto ha cambiado mi vida desde entonces!
Un punto nada más y está produciendo que nos tengamos que desplazar. Porque según me ha explicado la doctora, a veces, nuestro organismo fabrica de manera muy rápida células improductivas que a la larga no hacen que la herida se sane. Son, me explicó, células muertas que taponan y no dejan que la piel se restablezca al tiempo que el resto de la herida.
Me dijo, no te va a doler. Vale, le contesté, pero es ya suficiente para mi, me mareo y prefiero prevenir, así que ya no miro más.
Total, que una simple aprensión hace que tu tensión baje por momentos, y lo sepas si como me pasó ese día te la miran. ¡Anda que si hubiera salido sin desayunar, igual me había dado un yuyu!
Entonces la doctora me envió a rayos para saber cómo va uniendo el hueso desde el día de la operación de urgencias porque una vez allí se pueden abordar más mediciones.
¡Cuánto ha cambiado mi vida desde entonces!
