UNAS NORMAS HECHAS EN UN DESPACHO POR QUIENES ASÍ LO CREYERON CONVENIENTE, Y PUDIERON HACERLO.
De verdad es que aquí he aprendido "jurisprudencia". Hay cosas que una nunca entenderá, ni muchos otros tampoco, aunque pocos lo reconocerán en público, y si lo hablen, donde no se puede resolver nada, que es por las esquinas, en los bares, en las aceras, en las plazas.
Porque encima, estas normas, al pueblo, además de no cuadrarles en absoluto, les han salido caras, caras y gracias a la intervención de un inexperto abogado, principiante, que lo ha jorobado todo, pero que ha cobrado buenas minutas, como así he oído en varios plenos.
Ahora me baso también en lo que dijeron también algunos vecinos en el pasado pleno. Pero, por los sitios que ha pasado este señor, ha dejado su marca personal y he dado buena cuenta de ello.
Luego, también he aprendido mucho de cómo funciona la burocracia y para nada, en el tema de las alegaciones. Genera papeles y papeles, ¡pobres árboles!, sin que se resuelva nada.
Se alega y todas las alegaciones, salvo raras y escasas excepciones, se han resuelto negativamente. Habrá que pensar que alegar por alegar, es un capricho, si lo que se alega, nunca resulta positivo, y me pregunto ¿para qué se les da esta opción al público?. Y me contesto, que en realidad es un adorno que queda bien, pero que no sirve de nada, cuando alguien tiene ya su plan diseñado y preconcebido con anterioridad.
A las pruebas me remito.
De todo se aprende en esta vida, y a todo, por insignificante que sea, se le puede dar una utilidad. El tema de las alegaciones, a mi me ha ilustrado mucho. Algunas veces se dice, que esto es así, o por no tener oportunidad de alegar, o por no hacerlo voluntariamente. Aunque parezca lo mismo, no lo es, porque cuando uno o una genera papeles, y estos no son positivos, te queda la prueba de la ineficacia administrativa. Esto, enseña mucho acerca del funcionamiento de la Administración, en general.
De verdad es que aquí he aprendido "jurisprudencia". Hay cosas que una nunca entenderá, ni muchos otros tampoco, aunque pocos lo reconocerán en público, y si lo hablen, donde no se puede resolver nada, que es por las esquinas, en los bares, en las aceras, en las plazas.
Porque encima, estas normas, al pueblo, además de no cuadrarles en absoluto, les han salido caras, caras y gracias a la intervención de un inexperto abogado, principiante, que lo ha jorobado todo, pero que ha cobrado buenas minutas, como así he oído en varios plenos.
Ahora me baso también en lo que dijeron también algunos vecinos en el pasado pleno. Pero, por los sitios que ha pasado este señor, ha dejado su marca personal y he dado buena cuenta de ello.
Luego, también he aprendido mucho de cómo funciona la burocracia y para nada, en el tema de las alegaciones. Genera papeles y papeles, ¡pobres árboles!, sin que se resuelva nada.
Se alega y todas las alegaciones, salvo raras y escasas excepciones, se han resuelto negativamente. Habrá que pensar que alegar por alegar, es un capricho, si lo que se alega, nunca resulta positivo, y me pregunto ¿para qué se les da esta opción al público?. Y me contesto, que en realidad es un adorno que queda bien, pero que no sirve de nada, cuando alguien tiene ya su plan diseñado y preconcebido con anterioridad.
A las pruebas me remito.
De todo se aprende en esta vida, y a todo, por insignificante que sea, se le puede dar una utilidad. El tema de las alegaciones, a mi me ha ilustrado mucho. Algunas veces se dice, que esto es así, o por no tener oportunidad de alegar, o por no hacerlo voluntariamente. Aunque parezca lo mismo, no lo es, porque cuando uno o una genera papeles, y estos no son positivos, te queda la prueba de la ineficacia administrativa. Esto, enseña mucho acerca del funcionamiento de la Administración, en general.