HISTORIA DE LA FUENTE DE LA PINTA
Estamos en un pueblo del Camino de Santiago, por donde pasan los peregrinos, que a menudo se detienen en las fuentes donde hay bancos. Aquí, al lado se sentó una peregrina un día. Y a tal tiempo salió la vecina que hizo el jardín a la puerta.
A la peregrina le gustó mucho esta plaza y le preguntó a la vecina por ella, que cómo la habían hecho y que nombre tenían. Que era muy acogedora y refrescante en verano.
La señora le contó la historia. Que la idea había sido de ella porque le gustaban mucho las flores y para poderse sentar a la fresca en el verano.
- ¡Ah! así que no tiene nombre, y ¿como te llamas tú?
- Pues a mi me llaman Pinta, y así me conoce todo el mundo, más que por mi mismo nombre.
- Entonces a esta fuente la voy a llamar la fuente de la Pinta y te mandaré una placa hecha por mí en mi país.
La peregrina se fue con esa idea a continuar con su camino.
Estamos en un pueblo del Camino de Santiago, por donde pasan los peregrinos, que a menudo se detienen en las fuentes donde hay bancos. Aquí, al lado se sentó una peregrina un día. Y a tal tiempo salió la vecina que hizo el jardín a la puerta.
A la peregrina le gustó mucho esta plaza y le preguntó a la vecina por ella, que cómo la habían hecho y que nombre tenían. Que era muy acogedora y refrescante en verano.
La señora le contó la historia. Que la idea había sido de ella porque le gustaban mucho las flores y para poderse sentar a la fresca en el verano.
- ¡Ah! así que no tiene nombre, y ¿como te llamas tú?
- Pues a mi me llaman Pinta, y así me conoce todo el mundo, más que por mi mismo nombre.
- Entonces a esta fuente la voy a llamar la fuente de la Pinta y te mandaré una placa hecha por mí en mi país.
La peregrina se fue con esa idea a continuar con su camino.
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