PEPE GARCÍA, EL PANADERO DE TARDAJOS
Parece mentira que haya dichos, de gente que vivió antes que tu, y los tengas por veraces. No tengas más remedio que decir, y más, cuando lo has comprobado en tu propia experiencia vital.
El decía que no teníamos que preocuparnos cuando la gente fuera hablando mal de nosotros, que dijesen que qué jodidos éramos, qué malos, qué se yo cuántas falacias podrían decir de nosotros acerca de lo que la gente inventa a nuestro alrededor, con el fin de hacer daño. Esa actitud maléfica, decía Pepe, era porque te envidiaban, te temían; y por eso te injuriaban. Y que lo malo, no era que la gente dijera que qué malo eras; sino que dijeran de ti, "Pobrecillo". Que te tuvieran lástima era lo peor que te podía pasar, pues ¡cómo estarías para que la gente te compadeciera!. Por los suelos y completamente hundido para que se dignaran tenerte compasión alguna. ¡Qué bien lo comprendo sin haberlo conocido!
Parece mentira que haya dichos, de gente que vivió antes que tu, y los tengas por veraces. No tengas más remedio que decir, y más, cuando lo has comprobado en tu propia experiencia vital.
El decía que no teníamos que preocuparnos cuando la gente fuera hablando mal de nosotros, que dijesen que qué jodidos éramos, qué malos, qué se yo cuántas falacias podrían decir de nosotros acerca de lo que la gente inventa a nuestro alrededor, con el fin de hacer daño. Esa actitud maléfica, decía Pepe, era porque te envidiaban, te temían; y por eso te injuriaban. Y que lo malo, no era que la gente dijera que qué malo eras; sino que dijeran de ti, "Pobrecillo". Que te tuvieran lástima era lo peor que te podía pasar, pues ¡cómo estarías para que la gente te compadeciera!. Por los suelos y completamente hundido para que se dignaran tenerte compasión alguna. ¡Qué bien lo comprendo sin haberlo conocido!
