el fundamentalista le responde:
De hecho no creo que Khaled Hosseini exista siquiera. Verás Lili, las editoriales contratan a hombres y mujeres con talento y facilidad para el golpe bajo y la autoayuda, y los hacen escribir en negro (otros autores publican con sus nombres).
En el caso de Hossein debe ser así: uno sale con un argumento, y un grupo de redactores y correctores le da uniformidad y simpleza al texto, además de hacer capítulos breves que facilitan y estimulan la lectura del libro -como mucha gente no sabe leer o apenas disfruta de tal actividad, es muy común que le den la espalda a un texto muy largo, entonces, al estar separado en decenas de capítulos, el lector mediocre piensa "voy a leer hasta cansarme hoy" y lee dos capítulos o seis páginas y así sigue al día siguiente, es decir, el capítulo corto le da la posibilidad de abandonar el texto más prontamente que el largo.
Hosseini es sólo una fachada. Existe un mundo de redactores, correctores y editores que se sientan a producir ese tipo de literatura, y que se llevan después sus buenos duros.
(Y luego Lili vuelve a contestarle)
De hecho no creo que Khaled Hosseini exista siquiera. Verás Lili, las editoriales contratan a hombres y mujeres con talento y facilidad para el golpe bajo y la autoayuda, y los hacen escribir en negro (otros autores publican con sus nombres).
En el caso de Hossein debe ser así: uno sale con un argumento, y un grupo de redactores y correctores le da uniformidad y simpleza al texto, además de hacer capítulos breves que facilitan y estimulan la lectura del libro -como mucha gente no sabe leer o apenas disfruta de tal actividad, es muy común que le den la espalda a un texto muy largo, entonces, al estar separado en decenas de capítulos, el lector mediocre piensa "voy a leer hasta cansarme hoy" y lee dos capítulos o seis páginas y así sigue al día siguiente, es decir, el capítulo corto le da la posibilidad de abandonar el texto más prontamente que el largo.
Hosseini es sólo una fachada. Existe un mundo de redactores, correctores y editores que se sientan a producir ese tipo de literatura, y que se llevan después sus buenos duros.
(Y luego Lili vuelve a contestarle)
