APRENDER A GANARSE UN ASIENTO EN UN AUTOBÚS
Un día fui pasajera de un autobús escolar y no había cuidadores ni cuidadoras que nos amparesen. O te amparabas tu misma y amparabas a tus hermanos, o estabas perdida. Más o menos la ley de la selva. O peor. No era que el que antes llegase se sentaba, no. Llegabas y te quitaban literalmente de tu asiento y a buscarte otro. Y eso me pasó un día, pero al día siguiente, me puse en mi lugar, y no pudieron arrebatarme mi asiento. Y nunca fui una persona fuerte, sino todo lo contrario, cada tres por dos tenía la gripe o las anginas y aún así me iba al colegio.
Los chavales eran mayores que yo, y creían que podrían conmigo pero ese día les demostré que todo sería inútil pues no iban a moverme. No sé que hice exactamente que los paralizó. Quizás la forma de asirme al asiento, o mis palabras, o mi decisión y mi valentía que les hizo ver lo equivocados que habían estado hasta entonces conmigo, pues si ese día lograban quitarme del asiento, al día siguiente lo iba a intentar de nuevo, y lo supieron. Lo único que sé es que a partir de entonces me respetaron y siempre tuve ya mi asiento fijo en el autobús escolar.
¿Tenía que aguantar que día tras día me quitaran el sitio que me correspondía, cuando yo no excluía a los demás; sino que únicamente quería mi sitio, nada más?
¿Alguien se puede sentir excluido o excluida de un foro que el sitio es ilimitado?
Con cuentos a otra parte, que aquí eso no cuela. El que escribe es porque tiene decisión de escribir, y el que no, que no eche culpas a nadie, que en cualquier momento hay espacio para todo lo que quiera. Ahora va a ser que le molestan las flores o los versos a la virgen, o qué se yo. Y que un parado venga aquí a decir que no tiene tiempo, que quiere leer lo que pasa en su pueblo y yo le incomodo...
Pues "virtualmente " puedes venir tú o otros mil idénticos a ti, e intentáis hacer lo que hicieron los chavales de aquel autobús, a ver si vosotros sois más afortunados. Porque "virtualmente", os tengo menos miedo ya que este medio acoge a todos virtualmente. Y la indiferencia también es otro factor a tener en cuenta, que dado el caso, podría utilizar a mi favor.
Menos cuentos que caperucitas van quedando ya pocas, por no decir ninguna. Ahora pueden al lobo y salvan a la abuela. Después se dan un banquete juntas y se ponen a hacer gimnasia, que estimula mucho las neuronas. O juegan a las damas, al parchís o al ajedrez. Pero tener miedo a quien trata de intimidar, eso nunca.
Un día fui pasajera de un autobús escolar y no había cuidadores ni cuidadoras que nos amparesen. O te amparabas tu misma y amparabas a tus hermanos, o estabas perdida. Más o menos la ley de la selva. O peor. No era que el que antes llegase se sentaba, no. Llegabas y te quitaban literalmente de tu asiento y a buscarte otro. Y eso me pasó un día, pero al día siguiente, me puse en mi lugar, y no pudieron arrebatarme mi asiento. Y nunca fui una persona fuerte, sino todo lo contrario, cada tres por dos tenía la gripe o las anginas y aún así me iba al colegio.
Los chavales eran mayores que yo, y creían que podrían conmigo pero ese día les demostré que todo sería inútil pues no iban a moverme. No sé que hice exactamente que los paralizó. Quizás la forma de asirme al asiento, o mis palabras, o mi decisión y mi valentía que les hizo ver lo equivocados que habían estado hasta entonces conmigo, pues si ese día lograban quitarme del asiento, al día siguiente lo iba a intentar de nuevo, y lo supieron. Lo único que sé es que a partir de entonces me respetaron y siempre tuve ya mi asiento fijo en el autobús escolar.
¿Tenía que aguantar que día tras día me quitaran el sitio que me correspondía, cuando yo no excluía a los demás; sino que únicamente quería mi sitio, nada más?
¿Alguien se puede sentir excluido o excluida de un foro que el sitio es ilimitado?
Con cuentos a otra parte, que aquí eso no cuela. El que escribe es porque tiene decisión de escribir, y el que no, que no eche culpas a nadie, que en cualquier momento hay espacio para todo lo que quiera. Ahora va a ser que le molestan las flores o los versos a la virgen, o qué se yo. Y que un parado venga aquí a decir que no tiene tiempo, que quiere leer lo que pasa en su pueblo y yo le incomodo...
Pues "virtualmente " puedes venir tú o otros mil idénticos a ti, e intentáis hacer lo que hicieron los chavales de aquel autobús, a ver si vosotros sois más afortunados. Porque "virtualmente", os tengo menos miedo ya que este medio acoge a todos virtualmente. Y la indiferencia también es otro factor a tener en cuenta, que dado el caso, podría utilizar a mi favor.
Menos cuentos que caperucitas van quedando ya pocas, por no decir ninguna. Ahora pueden al lobo y salvan a la abuela. Después se dan un banquete juntas y se ponen a hacer gimnasia, que estimula mucho las neuronas. O juegan a las damas, al parchís o al ajedrez. Pero tener miedo a quien trata de intimidar, eso nunca.