Si me gusta esta forma de escribir, este foro; me refiero, es porque te da la oportunidad de rectificar si algo no te gusta, si te equivocas, si cometes algún error, alguna falta ortográfica... pues a veces vamos con prisa y sin querer, nos equivocamos.
Luego, como le decía a sus alumnos un buen profesor del "Petra Lafont", Aurelio; que después de hacer un trabajo, y creer que está bien; hay que volver a leer para repasarlo, por si faltase algo, que siempre, siempre, por perfecto que parezca; siempre encontramos algo. ¡Y qué razón tenía! Aunque no fui su alumna, esta enseñanza me la he apropiado, porque cada día me doy más cuenta de esa gran verdad; y más, en la poética o en la prosa, si te esmeras, y quieres que te quede lo mejor posible. Yo soy muy crítica conmigo misma, y es la única manera de aprender.
Cuando veía algunos trabajos de algunos de sus alumnos que tenía tan cercanos, me ponía de los nervios. Para mí, ¡cuánto había que corregir!, pero también un buen profesor tiene que ser transigente pues si te pasas, el alumno desfallece. Animar es primordial, antes que ser tan estricto.
De este poema, que no reniego, ¡uf!, todo lo que cambiaría, porque ahora sé un poco más que entonces. Veo, lo que entonces no veía en cuanto a la gramática la poética, la forma, los ripios. Aún así, no reniego de mi obra; porque en aquella época no me podía pedir más. Si tenía pocas herramientas, y las que tenía las usaba, ya hacía bastante. A cada cual según sus capacidades. Que una no ha gastado mucho en aprender, solo con las sobras me he sustentado. ¡La de cuadernos incompletos que he gastado!, que si no hubieran ido a la basura o a la chimenea pues ¿qué haces con cuadernos viejos a los que le quedan todavía muchas hojas? ¡Y los que me quedan!
La verdad es que escribir y leer son de las aficiones más baratas que existen. Tú y un papel - y lo que quieras poner o plasmar.
Lo mismo pasa con el dibujo que con poco gasto, ofrece muchas posibilidades. Es la imaginación de cada uno o cada una lo que cuenta.
Estas dos aficiones os las recomiendo, junto con la lectura. En vacaciones merece la pena coger un buen libro, o un cuento, y leer. Tampoco hay cosa más barata y que más beneficios nos reporte. No me cansaré de recomendarlo nunca y ¡cuánta variedad que tenemos hoy día!.
Luego, como le decía a sus alumnos un buen profesor del "Petra Lafont", Aurelio; que después de hacer un trabajo, y creer que está bien; hay que volver a leer para repasarlo, por si faltase algo, que siempre, siempre, por perfecto que parezca; siempre encontramos algo. ¡Y qué razón tenía! Aunque no fui su alumna, esta enseñanza me la he apropiado, porque cada día me doy más cuenta de esa gran verdad; y más, en la poética o en la prosa, si te esmeras, y quieres que te quede lo mejor posible. Yo soy muy crítica conmigo misma, y es la única manera de aprender.
Cuando veía algunos trabajos de algunos de sus alumnos que tenía tan cercanos, me ponía de los nervios. Para mí, ¡cuánto había que corregir!, pero también un buen profesor tiene que ser transigente pues si te pasas, el alumno desfallece. Animar es primordial, antes que ser tan estricto.
De este poema, que no reniego, ¡uf!, todo lo que cambiaría, porque ahora sé un poco más que entonces. Veo, lo que entonces no veía en cuanto a la gramática la poética, la forma, los ripios. Aún así, no reniego de mi obra; porque en aquella época no me podía pedir más. Si tenía pocas herramientas, y las que tenía las usaba, ya hacía bastante. A cada cual según sus capacidades. Que una no ha gastado mucho en aprender, solo con las sobras me he sustentado. ¡La de cuadernos incompletos que he gastado!, que si no hubieran ido a la basura o a la chimenea pues ¿qué haces con cuadernos viejos a los que le quedan todavía muchas hojas? ¡Y los que me quedan!
La verdad es que escribir y leer son de las aficiones más baratas que existen. Tú y un papel - y lo que quieras poner o plasmar.
Lo mismo pasa con el dibujo que con poco gasto, ofrece muchas posibilidades. Es la imaginación de cada uno o cada una lo que cuenta.
Estas dos aficiones os las recomiendo, junto con la lectura. En vacaciones merece la pena coger un buen libro, o un cuento, y leer. Tampoco hay cosa más barata y que más beneficios nos reporte. No me cansaré de recomendarlo nunca y ¡cuánta variedad que tenemos hoy día!.