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TARDAJOS: RASCANDO EUROS...

RASCANDO EUROS

Estaba un poco aburrida y es que el trabajo de ama de casa es tan repetitivo, tan desagradecido, que me produce algo de alergia. Todo cambió con el euro. Traducir pesetas a euros, eso sí, bolígrafo en mano, con tantos folletos como circulan por ahí. Y así, venga a hacer numeritos. Que si compras una barra de pan, que si te tomas un café, te lees un libro y si se te funde la bombilla, la cambias. Otro día ese jersey verde que, la verdad, para el próximo invierno, que ya éste estamos muy aburridos de tanto cuello alto.

Se nota que los precios están redondeados y tengan en cuenta los comerciantes que las amas de casa, desde que "rascamos euros" vamos a estar al loro y no perdonaremos los céntimos como ocurre ahora con las "pesetillas".

Lo mejor de todo es que al rellenar la tarjeta, después de lo bien que lo hemos pasado haciendo cada día numeritos, nos esperará dinero contante y sonante, o algún regalazo. Una televisión, por ejemplo para dedicarnos a ver el Gran Hermano. Ni de coña. Si no tenemos suerte, el premio de consolación - menos da una piedra- y nos habremos librado de la "telepesadilla", esa basura inconcreta.

Cartas al director del día 13 de mayo de 2001