Y mientras esperamos el final de la leyenda, un soneto para un día como el que hemos tenido hoy, de lluvia. Ahora no llueve pero lo ha estado haciendo durante toda esta jornada. Al campo y a mi nos ha aprovechado. Insustancialmente, a mi. Pero ambos hemos recibido esa grata sorpresa. La mía en forma de inspiración, la suya en forma de aliento. Me doy por satisfecha ya que hoy han sido tres los sonetos. La tierra también se da por satisfecha pues será savia para su supervivencia.
LLUEVE EN LA TIERRA BURGALESA
Ahora se ha declarado la lluvia,
la lluvia a la tierra, que yace abierta
en hondos surcos negros, como muerta,
que espera, como agua de mayo, lluvia.
Añora en diciembre la espiga rubia
y la rosa de los vientos en la huerta.
Cuando ya el invierno llama a la puerta,
recuerda haber sido nido de alubia.
Lozana alubia sube por la rama
con verde resplandor en la mirada.
Alubia verde crece y se encarama
sobre los campos de espiga dorada;
vislumbra las flores de la retama
en un bello arco iris iluminada.
C. García
LLUEVE EN LA TIERRA BURGALESA
Ahora se ha declarado la lluvia,
la lluvia a la tierra, que yace abierta
en hondos surcos negros, como muerta,
que espera, como agua de mayo, lluvia.
Añora en diciembre la espiga rubia
y la rosa de los vientos en la huerta.
Cuando ya el invierno llama a la puerta,
recuerda haber sido nido de alubia.
Lozana alubia sube por la rama
con verde resplandor en la mirada.
Alubia verde crece y se encarama
sobre los campos de espiga dorada;
vislumbra las flores de la retama
en un bello arco iris iluminada.
C. García