Compramos energía a futuro

TARDAJOS: - ¿Y conociste a su novia? -preguntó el viejo preso...

- ¿Y conociste a su novia? -preguntó el viejo preso a la Luna.

-Sí, el mismo día que desapareció, lamentablemente. Una cría muy mona, y parecía simpática...

-Me ha estado contando que te visitaba todas las noches hasta que conoció a su joven amada y fue distanciando sus citas contigo. Es una suerte que ahora esté en la cárcel, ¿no crees? Así puedes hablar con él noche tras noche.

-Yo no deseaba que le encerraran...

-No, no he querido decir eso, por supuesto que no. Simplemente que ahora es fácil que hables con él: sabes dónde localizarle y eres tú quien va en su busca y no al revés.

-Sí, eso es cierto.

-Dime una cosa: he leído un par de libros sobre estrellas y constelaciones y jamás había oído hablar de una estrella medio apagada que hay esta noche en el firmamento. ¿Se está muriendo?

- ¡Qué va! Estña aprendiendo a ser estrella.

El viejo preso quería hacer migas con la Luna porque le pareció un ser misterioso y al que se le podía estudiar detenidamente, pero el pastos le comunicó que a su amiga no le había hecho mucha gracia su presencia. No dándose por vencido, el anciano se encerró en la biblioteca para recopilar todo lo que había en aquellos libros sobre los astros, estrellas, constelaciones, planetas, satélites, etc... Rebuscó y rebuscó y cuando acabó de inspeccionar los libros de astronomía y astrología buceó en los de mitología. En estos últimos encontró referencias sobre la Luna y su faceta posesiva.