Compramos energía a futuro

TARDAJOS: -No puede ser, Luna. Creía que te quería, pero me di...

-No puede ser, Luna. Creía que te quería, pero me di cuenta que no era cierto cuando la conocí a ella...

- Ya veremos..., pero ahora hablemos de otra cosa.

-Sí, dime, ¿quien es esa estrella que nunca había visto y cuyo fulgor parpadea?

-Es una nueva estrella que ha nacido y aún está muy débil, pero pronto se repondrá y lucirá como todas...

Y en estas conversaciones pasaban las noches. Al pastor le consolaba hablar con la Luna, pero los días se le hacían eternos sin su amada. Una mañana, desconsolado ante el paso del tiempo acudió por casualidad a la biblioteca de la cárcel esperando encontrar allí alguna actividad con qué matar el tiempo. La biblioteca era una habitación un poco mayor que su celda con apenas quinientos libros y donde pasaba días enteros un viejo preso que había sido maestro de escuela antes de que le encarcelaran por falsificar documentos de Estado. Charlaron durante largo rato y el pastor le confesó su amistad con la Luna, ante la expectación del anciano que, movido por la curiosidad, le sugirió acudir a una de sus visitas. Y aquella noche estuvieron presentes los tres en la conversación: