¡Cuántos poemas no habré escrito yo a la luna! Mucho antes de venir aquí ya me entretenía inventando amores a la luna. Por eso me llamó tanto la atención este relato. Una vez aquí he seguido aquel camino que emprendí un día, enhebrando palabras en la noche. O por la mañana, o por la tarde. Cualquier hora es buena si te visitan las musas, y siempre hay que recibirlas con los brazos abiertos.
LUNA SOBRE CANTOS DE RÍO
EN OTOÑO.
Hoy tenemos poetas la luna llena
imantada de vanos y celosías.
Nos mira perpleja, y se baña
en un río sin apenas agua
donde brillan los guijarros
con risueña luz y melodía.
Luces ambarinas entre sombras
se mecen en las secas riberas
mientras el otoño acumula hojas
caídas al viento de la tarde
llenando de hojarasca los caudales.
Seca la tierra, las hojas son de cera
que arde en la lejanía del ocaso.
Se confunden las hojas y los cantos
en un afluente sediento de lluvias.
Pide auxilio entre estelas de nubes
a los vientos que arrullen su aire.
La hojarasca ha confundido el lecho
de los álamos, ayer de verde plata,
hoy el oro pierde su candor lento
y su color reluciente entre susurros
al margen de una tarde cualquiera
que anochece y la luna alza su silueta.
Carmen García
LUNA SOBRE CANTOS DE RÍO
EN OTOÑO.
Hoy tenemos poetas la luna llena
imantada de vanos y celosías.
Nos mira perpleja, y se baña
en un río sin apenas agua
donde brillan los guijarros
con risueña luz y melodía.
Luces ambarinas entre sombras
se mecen en las secas riberas
mientras el otoño acumula hojas
caídas al viento de la tarde
llenando de hojarasca los caudales.
Seca la tierra, las hojas son de cera
que arde en la lejanía del ocaso.
Se confunden las hojas y los cantos
en un afluente sediento de lluvias.
Pide auxilio entre estelas de nubes
a los vientos que arrullen su aire.
La hojarasca ha confundido el lecho
de los álamos, ayer de verde plata,
hoy el oro pierde su candor lento
y su color reluciente entre susurros
al margen de una tarde cualquiera
que anochece y la luna alza su silueta.
Carmen García