Aquí empezaba la ofrenda floral y mis mímulas no quisieron quedarse atrás, ni otras
flores de las
calles. Ya hay en algún rosal abrigado, rosas rosas. No me ha dado tiempo a pasar esas
fotos pero ya lo haré que ahora hay mucho de lo que hablar. Justo debajo de la
iglesia, en un recodo de la
calle Real Poniente, hay un rosal al abrigaño que ya ha empezado a florecer...
En cuanto a las mímulas, las
compré un año y ya salen ellas solas, no se hielan en
invierno y luego son muy agradecidas y alegres.