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TARDAJOS (Burgos)

La Virgen Mediadora a la luz de la luna
Foto enviada por Carmen García García

- ¿Y conociste a su novia? -preguntó el viejo preso a la Luna.

-Sí, el mismo día que desapareció, lamentablemente. Una cría muy mona, y parecía simpática...

-Me ha estado contando que te visitaba todas las noches hasta que conoció a su joven amada y fue distanciando sus citas contigo. Es una suerte que ahora esté en la cárcel, ¿no crees? Así puedes hablar con él noche tras noche.

-Yo no deseaba que le encerraran...

-No, no he querido decir eso, por supuesto que no. Simplemente que ahora ... (ver texto completo)
-No puede ser, Luna. Creía que te quería, pero me di cuenta que no era cierto cuando la conocí a ella...

- Ya veremos..., pero ahora hablemos de otra cosa.

-Sí, dime, ¿quien es esa estrella que nunca había visto y cuyo fulgor parpadea?

-Es una nueva estrella que ha nacido y aún está muy débil, pero pronto se repondrá y lucirá como todas...

Y en estas conversaciones pasaban las noches. Al pastor le consolaba hablar con la Luna, pero los días se le hacían eternos sin su amada. Una mañana, ... (ver texto completo)
A la chica no volvió a vérsela nunca y el pastor fue condenado a 15 años de prisión. En la soledad de la cárcel, sin su gran amor y sin su compañero fiel, sólo pensaba en lo que había sucedido y si se merecía un castigo como aquel. ¿Qué mal había hecho? ¿A qué dioses había ofendido? Dedicaba todos los minutos del día a pensar en su desgracia y por las noches se consolaba hablando con su amiga Luna:

-Luna lumbrera, ¿qué delito he cometido? ¿acaso he hecho mal a alguien y no lo recuerdo?. No merezco ... (ver texto completo)
La noche en que el pastor presentó a su joven amada a la Luna fue también la última vez que la vio. La joven desapareció sin dejar rastro al regresar de su encuentro nocturno en el chopo de la estepa. Nadie supo lo que ocurrió. El pastor acompañó a su amada a casa y se despidió de ella-, y acto seguido se fue a dormir. A la mañana siguiente le despertaron los padres de la muchacha, asustados ante la tardanza de su hija. Pero el pastor no supo qué contestarles. Juraba una y otra vez haberla dejado ... (ver texto completo)
Aquella noche la Luna desapareció sin dejar rastro y la oscuridad se adueñó del entorno. El pastor, que se había alejado del chopo de sus encuentros, dejó de ver la estepa que pisaba y su perro lebrel comenzó a ponerse muy nervioso. Enseguida se dio cuenta que la Luna se había desvanecido. De inmediato decidió regresar, preocupado al pensar que le había podido ocurrir algo, y le llamó. Le llamó una y mil veces, pero la Luna no respondió. Exhausto y derrotado regresó poquito a poquito, intuyendo el ... (ver texto completo)
Dicen que fueron los celos, aunque aquí no acaba la historia. Cuando en la estepa castellana no se a la luna porque el invierno es muy crudo, los pastores temen que sus mujeres salgan de casa por la noche, no sea que la Luna le haya dado uno de sus ataques.

La etapa que va de Burgos a Frómista recoge kilómetros de llanos trigales y campos sin sombra. Aquí las condiciones siempre son duras: cuando el calor aprieta, el sol es eterno e inmenso en los campos castellanos; cuando sale el viento -Norte ... (ver texto completo)
Buenas noches Ana María:
A ti te habría pasado lo mismo ya que eres una enamorada de la naturaleza pero no siempre estamos de humor para ver ciertas cosas. Hay veces que lo más asombroso ni lo veríamos dependiendo de nuestro estado de ánimo. Hay veces que lo negativo no nos deja ver otros aspectos, que si se buscan, es seguro que se encuentran como la experiencia me ha demostrado muchas veces. Todo tiene su lado bueno y su lado malo. A lo mejor consiste en quedarse con lo bueno y lo malo obviarlo. ... (ver texto completo)
LOS CELOS DE LA LUNA (continuación)

Pasaron las semanas y el pastor seguía declarándole su amor a diario. Y la luna insistía en su renuncia. Nuestro pastor fue entristeciéndose poco a poco y cada vez hacía sus visitas un pelín más cortas hasta que una noche dejó de acudir.
A la luna le extrañó que su pastor, aquel al que había cogido un gran cariño lo mismo que a su fiel lebrel, no asistiese a su cita todas las noches y así se lo preguntó en su visita siguiente:

-Ayer no me preguntaste si ... (ver texto completo)
Buenas noches Carmen; Veo que disfrutaste enormemente con las corales en Salas de Los Infantes, me he metido en el papel y eres puro entusiasmo. En vez de echar pestes por el frío enorme y esperando a entrar dentro de la iglesia relatas con deleite como caían las hojas de los árboles, que es verdad es una belleza ver el baile con el viento, pero las condiciones.... que bien que seas así, con esa mirada en la que siempre ves poesía.
He leído todo sobre las 9 corales, voy a ir escuchando por internet ... (ver texto completo)
LOS CELOS DE LA LUNA (continuación)

Pasaron las semanas y el pastor seguía declarándole su amor a diario. Y la luna insistía en su renuncia. Nuestro pastor fue entristeciéndose poco a poco y cada vez hacía sus visitas un pelín más cortas hasta que una noche dejó de acudir.
A la luna le extrañó que su pastor, aquel al que había cogido un gran cariño lo mismo que a su fiel lebrel, no asistiese a su cita todas las noches y así se lo preguntó en su visita siguiente:

-Ayer no me preguntaste si ... (ver texto completo)
¡Cuántos poemas no habré escrito yo a la luna! Mucho antes de venir aquí ya me entretenía inventando amores a la luna. Por eso me llamó tanto la atención este relato. Una vez aquí he seguido aquel camino que emprendí un día, enhebrando palabras en la noche. O por la mañana, o por la tarde. Cualquier hora es buena si te visitan las musas, y siempre hay que recibirlas con los brazos abiertos.

LUNA SOBRE CANTOS DE RÍO
EN OTOÑO.

Hoy tenemos poetas la luna llena
imantada de vanos y celosías.
Nos ... (ver texto completo)
¿Te has dado cuenta de que me amas? preguntaba sonriente el pastor, mientras su lebrel labraba.

-Igual que ayer. No puede haber nada entre nosotros- respondía la Luna.

-No te creo. No quieres reconocer que me amas, pero eso es lo que sientes. Algún día te darás cuenta, y quizás sea demasiado tarde.

- ¿Quieres decir que puedes dejar de amarme? ¿No dices que tu amor es eterno?

-Y lo es, pero si me rechazas siempre, deberé asumirlo e intentar olvidarte...

Cada noche ocurría lo mismo. El pastor preguntaba a la Luna y ésta le rechazaba. Pero nuestro hombre no renunciaba a lo que creía el amor de su vida y para demostrárselo a veces le cantaba una ronda:

Luna lumbrera, Luna tronera,
caliente faro que a mí me ciega,
sal a mi encuentro, gitana ea,
y bésame en mi duermevela.
Luna blanca, luna pura,
nana sincera que a mi me acuna,
méceme tierna en tu cintura,
ea gitana, gitana Luna. ... (ver texto completo)
LOS CELOS DE LA LUNA

Todos los días cuando llegaba la noche marchaba hasta la estepa acompañado de su lebrel, y en el mismo chopo de siempre, esperaba encontrarse con la Luna. Era una cita secreta, en la oscuridad de la noche, con el único deseo de que no hubiese ningún testigo y así declararle una vez más su amor. No perdía las esperanzas aunque la Luna le había rechazado ya en más de cien ocasiones. ¡Quien sabe - pensaba- quizá hoy se dé cuenta que de verdad me ama!

La Luna intentaba hacerle ... (ver texto completo)