Me gusta la torre
Aún lo recuerdo como si hubiera sucedido ayer. Yo, con seis o siete años, vivía en Bustillo del Páramo con mis abuelos maternos. Éstos me enviaban a la cama como se enviaba entonces a los niños: apenas se había puesto el sol tras la cuesta que separa Bustillo de Hormazuela. Hasta aquella habitación donde yo pasaba mis miedos a la soledad, al silencio y a la oscuridad hasta que caía vencido por el sueño, llegaba con frecuencia el amable tañido de la campana de la ermita: la ermita de Barrio Solano. ... (ver texto completo)
no son fotos de aperos pero antiguas si son que aunque tienen casi tres siglos aún se puede apreciar en sus piedras los golpes duros de la piqueta y las hermosas obras que surgieron del cincel a los mágicos conjuros