y a penas si se perfila
la
cúpula de la
iglesia,
el viento agita la espiga
dorada, erguida y esbelta.
Huele a hierba humedecida,
huele a heno y huele a menta.
y al oscurecer; de pronto,
se difumina la senda.
El tiempo le fue dejando
la piel curtida y reseca
... (ver texto completo)