Para mis amigas Garbiñe, Puri
Mari Carmen y Yolanda Ortun
Desde la pasión de los poetas
Desde San Pedro de Mérida.
Con carácter, amistad y calor
Desde estas tierras Cántabras
DONDE ESTA DIOS
El Universo esta triste
No sabe nada de Dios.
A lo mejor se encubría
Entre Galaxias de ardor.
Es que han perdido la fe
Los dioses de la justicia,
Olvidan otros derechos
Hijos muriendo deprisa.
Vacíos dejáis al campo
En el predio del obrero,
Al creador de esta vida
No merece protegerlos.
El barro que da la vida
Nadie sabe dónde está,
Y la Tierra reza al Ser,
Que la pudiese aliviar.
De canallas con poder
Ya sabe algo el obrero,
Se quedan con el haber
De sudores mañaneros.
África se rasga y mata.
Asia rendida en la mar.
Oceanía con carencias.
América es calamidad.
Europa exige decencia.
En un cartel de papiro
Hay escrita la soflama,
Que riega la devoción
De católicos sin ganas.
El protector de la Tierra
Creó el Jardín del Edén,
Para salvar al humano
De barbaries del saber.
Jamás retorna la llama
A sanar almas de vida,
La fe se elude cubierta
De lamento y de agonía.
Señor aliado del cosmos
Fascinación sí que tienes,
Dolos al hombre carnal
Al dinero bien proteges.
Plegarias de miserables
Percibís cercana al cielo,
Retahílas de invocación
De socios del orbe negro.
En este maldito infierno
Los arcángeles no cejan,
Estamos sin protección
De cóleras de la Tierra.
Dejas de lado a los hijos
Que de barro moldeara,
Y se oculta del humano
El que la muerte creara.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
3 de abril del año 2011
Mari Carmen y Yolanda Ortun
Desde la pasión de los poetas
Desde San Pedro de Mérida.
Con carácter, amistad y calor
Desde estas tierras Cántabras
DONDE ESTA DIOS
El Universo esta triste
No sabe nada de Dios.
A lo mejor se encubría
Entre Galaxias de ardor.
Es que han perdido la fe
Los dioses de la justicia,
Olvidan otros derechos
Hijos muriendo deprisa.
Vacíos dejáis al campo
En el predio del obrero,
Al creador de esta vida
No merece protegerlos.
El barro que da la vida
Nadie sabe dónde está,
Y la Tierra reza al Ser,
Que la pudiese aliviar.
De canallas con poder
Ya sabe algo el obrero,
Se quedan con el haber
De sudores mañaneros.
África se rasga y mata.
Asia rendida en la mar.
Oceanía con carencias.
América es calamidad.
Europa exige decencia.
En un cartel de papiro
Hay escrita la soflama,
Que riega la devoción
De católicos sin ganas.
El protector de la Tierra
Creó el Jardín del Edén,
Para salvar al humano
De barbaries del saber.
Jamás retorna la llama
A sanar almas de vida,
La fe se elude cubierta
De lamento y de agonía.
Señor aliado del cosmos
Fascinación sí que tienes,
Dolos al hombre carnal
Al dinero bien proteges.
Plegarias de miserables
Percibís cercana al cielo,
Retahílas de invocación
De socios del orbe negro.
En este maldito infierno
Los arcángeles no cejan,
Estamos sin protección
De cóleras de la Tierra.
Dejas de lado a los hijos
Que de barro moldeara,
Y se oculta del humano
El que la muerte creara.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
3 de abril del año 2011
