Como un sueño de piedra, de música callada,
desde la flecha erguida de la torre
hasta la lonja de anchas losas grises,
la catedral extática aparece,
toda reposo: vidrio, madera, bronce,
fervor puro a la sombra de los siglos.
Una vigilia dicen esos ángeles
y su espada desnuda sobre el pórtico,
florido con sonrisas por los santos viejos,
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AROMAS, BROTES VIVOS SURGEN
Alguna vez he visto surgir del asfalto, como un milagro, matojos, musgos,
flores. Observa el poeta de la memoria imágenes de
santos de
piedra bendecidas por líquenes, musgos..., que vivifican la pesada dureza del mármol o el granito. "El soplo animador de nuestro mundo / pasa y orea la
noche de los hombres..