El rey dijo:
-"La siguiente pregunta es: ¿Cuántas estrellas hay en el cielo?"-
El muchacho dijo:
-"Denme una hoja grande de papel."-
Y enseguida, con una pluma, hizo tantísimos puntos finos que difícilmente podían distinguirse, y era realmente imposible el poder contarlos. Todo aquel que los miraba, los perdía de vista. Entonces dijo el pastor:
-"Hay tantas estrellas en el cielo como puntos en este papel. Simplemente cuéntenlos."-
Pero nadie logró hacerlo. El rey de nuevo dijo:
-"La tercera pregunta es: ¿Cuántos segundos de tiempo hay en la eternidad?"-
Entonces respondió el joven:
-"En la Baja Pomerania está la Montaña de Diamante, que tiene cuatro mil metros de alto, tres mil metros de ancho, y tres mil metros de largo, y cada cien años un pajarito viene y afila su pico en él, y cuando toda la montaña se haya desgastado por eso, entonces habrá pasado el primer segundo de la eternidad."-
-"La siguiente pregunta es: ¿Cuántas estrellas hay en el cielo?"-
El muchacho dijo:
-"Denme una hoja grande de papel."-
Y enseguida, con una pluma, hizo tantísimos puntos finos que difícilmente podían distinguirse, y era realmente imposible el poder contarlos. Todo aquel que los miraba, los perdía de vista. Entonces dijo el pastor:
-"Hay tantas estrellas en el cielo como puntos en este papel. Simplemente cuéntenlos."-
Pero nadie logró hacerlo. El rey de nuevo dijo:
-"La tercera pregunta es: ¿Cuántos segundos de tiempo hay en la eternidad?"-
Entonces respondió el joven:
-"En la Baja Pomerania está la Montaña de Diamante, que tiene cuatro mil metros de alto, tres mil metros de ancho, y tres mil metros de largo, y cada cien años un pajarito viene y afila su pico en él, y cuando toda la montaña se haya desgastado por eso, entonces habrá pasado el primer segundo de la eternidad."-