El ámbar, cárabe o succino (del latín succinum) es una resina vegetal fosilizada proveniente de restos de coníferas. Etimológicamente su nombre proviene del árabe عنبر, ʻámbar, significando lo que flota en el mar, ya que flota sobre el agua del mar, aunque originalmente se refería al ámbar gris.
El ámbar es una sustancia dura, liviana y quebradiza. Se forma de una resina vegetal residual de algunos árboles que data de hace 25 a 40 millones de años y que con el tiempo sufrió un proceso de fosilización formando masas irregulares y extensas dentro de los estratos de arenisca y pizarras arcillosas de la edad terciaria.
Los árboles producían la resina como una protección contra enfermedades e infestaciones de insectos, cuando la corteza de un árbol era herida debido a rotura o a un ataque por escarabajos de madera u otros insectos o por otras razones. Después de exudar al exterior, la resina se endurecía en sedimentos húmedos tal como la arcilla y arena que se formaban al fondo de lagunas o deltas de ríos y se conservaba en la costra de la tierra por milenios.
El ámbar no es un mineral ya que su origen es orgánico y su estructura es amorfa. Su composición varía dependiendo del árbol del que proviene, aunque todos tienen terpenos o compuestos que son comunes en las resinas endurecidas.
En Europa, el ámbar se forma a partir de la resina del Pinus Succinifera, en tanto que en América proviene de la leguminosa Hymenaea Courbaril conocida en Chiapas (México) como Guapinol y en Nicaragua y República Dominicana como Algarrobo perteneciente del período geológico terciario.
Los colores del ámbar son ocho: amarillo (el más común), naranja (cognac), rojo (cherry), blanco, café (cajeta), verde azuloso y "negro" o musgo (tonos obscuros de otros colores) que son menos frecuentes que el amarillo. De estos colores se desprende una amplia gama de tonalidades.
El ámbar es una sustancia dura, liviana y quebradiza. Se forma de una resina vegetal residual de algunos árboles que data de hace 25 a 40 millones de años y que con el tiempo sufrió un proceso de fosilización formando masas irregulares y extensas dentro de los estratos de arenisca y pizarras arcillosas de la edad terciaria.
Los árboles producían la resina como una protección contra enfermedades e infestaciones de insectos, cuando la corteza de un árbol era herida debido a rotura o a un ataque por escarabajos de madera u otros insectos o por otras razones. Después de exudar al exterior, la resina se endurecía en sedimentos húmedos tal como la arcilla y arena que se formaban al fondo de lagunas o deltas de ríos y se conservaba en la costra de la tierra por milenios.
El ámbar no es un mineral ya que su origen es orgánico y su estructura es amorfa. Su composición varía dependiendo del árbol del que proviene, aunque todos tienen terpenos o compuestos que son comunes en las resinas endurecidas.
En Europa, el ámbar se forma a partir de la resina del Pinus Succinifera, en tanto que en América proviene de la leguminosa Hymenaea Courbaril conocida en Chiapas (México) como Guapinol y en Nicaragua y República Dominicana como Algarrobo perteneciente del período geológico terciario.
Los colores del ámbar son ocho: amarillo (el más común), naranja (cognac), rojo (cherry), blanco, café (cajeta), verde azuloso y "negro" o musgo (tonos obscuros de otros colores) que son menos frecuentes que el amarillo. De estos colores se desprende una amplia gama de tonalidades.