EL PESCADOR
Un pobre pescador, volviendo al
puerto,
sacó en la red un muerto.
Sin mirar si era fiel o si era moro,
sepultura le dio, y halló un tesoro.
Premio de su virtud sencilla y pura,
la caridad le trajo la ventura.
Moraleja: Haz el bien, y no mires a quién.
Autor: Juan Eugenio Hartzenbusch