Yo te invento, mi amor, de noche y día,
con esperanzas dulces y con dudas,
con rosas, con espinas tan agudas,
que clavan su tristeza en mi alegría.
Yo te invento de llama y lluvia fría,
de silenciosos gritos y de mudas
palabras, de verdades frías, rudas,
y de cálida y fértil fantasía.
Me invento cada día con paciencia,
aunque sé que tu boca está lejana,
un beso que me acerque a tu presencia.
Porque quiero cree que a esta inhumana
pasión de residir tanto en tu ausencia
no la alimenta una esperanza vana
con esperanzas dulces y con dudas,
con rosas, con espinas tan agudas,
que clavan su tristeza en mi alegría.
Yo te invento de llama y lluvia fría,
de silenciosos gritos y de mudas
palabras, de verdades frías, rudas,
y de cálida y fértil fantasía.
Me invento cada día con paciencia,
aunque sé que tu boca está lejana,
un beso que me acerque a tu presencia.
Porque quiero cree que a esta inhumana
pasión de residir tanto en tu ausencia
no la alimenta una esperanza vana