El beso ha renunciado a la presencia
y la caricia viaja a la distancia
y el labio guarda la inquietud y el ansia
y la ternura se arma de paciencia.
La mirada se ve con resistencia
en la sola y aguda resonancia
con que mide la anchura de la estancia
que cobija los ecos de la ausencia.
Sin ti mi boca calla desolada,
se me hiela sin besos la sonrisa,
se me ahoga en silencio la mirada.
Sin ti la luz, la voz, el sol, la risa
son sombras de la larga llamarada
que busca su descanso en la ceniza.
y la caricia viaja a la distancia
y el labio guarda la inquietud y el ansia
y la ternura se arma de paciencia.
La mirada se ve con resistencia
en la sola y aguda resonancia
con que mide la anchura de la estancia
que cobija los ecos de la ausencia.
Sin ti mi boca calla desolada,
se me hiela sin besos la sonrisa,
se me ahoga en silencio la mirada.
Sin ti la luz, la voz, el sol, la risa
son sombras de la larga llamarada
que busca su descanso en la ceniza.