Llegad, y al oído
decidle mi fe;
quizá os oiga afable
la flor del Zurguén.
Con blando susurro
llegad sin temer,
pues leda reposa,
su altivo desdén.
Llegad y piadosos,
de un triste os doled,
así os dé su seno
la flor del Zurguén
decidle mi fe;
quizá os oiga afable
la flor del Zurguén.
Con blando susurro
llegad sin temer,
pues leda reposa,
su altivo desdén.
Llegad y piadosos,
de un triste os doled,
así os dé su seno
la flor del Zurguén