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LA NUEZ DE ARRIBA: . LA HORMIGUITA Y EL RATONCITO...

. LA HORMIGUITA Y EL RATONCITO

Esto era una hormiguita muy bonita que estaba barriendo la puerta y pasó por allí un burro y le dijo:

—Hormiguita, hormiguita, qué bonita eres. ¿Te quieres casar conmigo?

—Y por la noche, ¿qué harás?

Y el burro rebuznó y rebuznó y la hormiguita dijo:

— ¡Uy, no, no, que me asustarás!

Y pasó por allí un gallo y le dijo:

—Hormiguita, hormiguita, qué bonita eres. ¿Te quieres casar conmigo?

—Y por la noche, ¿qué harás?

Y el gallo hizo:

— ¡Kikirikí! ¡Kikirikí!

— ¡Uy, no, no, que me despertarás! —dijo la hormiguita.

Pasó por allí un perro y le dijo a la hormiguita:

—Hormiguita, hormiguita, qué bonita eres. ¿Te quieres casar conmigo?

—Y por la noche ¿Qué harás?

Y el perro ladró y dijo:

— ¡Guau! ¡Guau! ¡Guau!

— ¡Uy, no, no, que me asustarás! —dijo la hormiguita.

Y después pasó por allí un ratoncito y le dijo:

—Hormiguita, hormiguita, qué bonita eres. ¿Te quieres casar conmigo?

—Y por la noche, ¿qué harás?

—Dormir y callar, dormir y callar.

— ¡Ay, sí, sí! Me casaré contigo.

Y se casaron y fueron muy felices.

Pero un día la hormiguita se tenía que ir al río a lavar la ropa y le dijo al ratoncito:

—Ratoncito, ratoncito, me tengo que ir al río a lavar la ropa, quédate a cargo de la olla,

destápala de vez en cuando y vigila que no se queme.

—De acuerdo, hormiguita, vete tranquila que yo cuidaré la olla —dijo el ratoncito.

Y el ratoncito al rato destapó la olla para ver si estaba bien y vio allí flotando un buen trozo de apetitoso tocino.

— ¡Hum! ¡Qué tocino más rico! Si pudiera comerme un cachito...

Y alargó el hocico y alargó el hocico a ver si atrapaba el tocino pero no llegaba y tanto quiso llegar que se cayó a la olla y se ahogó.

Y cuando llegó la hormiguita a casa no le encontraba y empezó a llamarle:

—Ratoncito, ratoncito, ¿dónde estás?

Venga a buscar, venga a buscar y el ratoncito que no aparecía. Y por fin destapó el puchero y allí se encontró al ratoncito muerto.

Y la ratita, muy triste, se lamentaba:

— ¡Ay mi ratoncito que se cayó en la olla y su hormiguita le llora y le llora! ¡Ay mi pobre ratoncito que se cayó a la olla y su hormiguita cómo le llora!