Enrique Flores Silva
Poemas » enrique flores silva » desierto de atacama
Desierto de atacama
Poema publicado el 22 de Septiembre de 2010
DESIERTO DE ATACAMA.
Donde nace y muere el sol, allá en aquella lejanía
donde las piedras yacen calcinadas y esparcidas,
ahí donde la noche cae fría y oscura,
envolviendo el cosmos a la tierra
con un abrazo aterrador, con que fuerza surge la naturaleza
en aquellas lejanías, hechas solo para los valientes,
aquellos que se atreven en ella caminar, escarbando
socavones y laberintos en su interior, buscando
el oro, buscando la plata, el cobre y todos los metales
que guarda en sus entrañas, las riquezas se esconden,
esquivando la mano del hombre.
Pero la ambición y la codicia es más fuerte
sin importar ni la muerte.
El desierto magnifico con cerros de colores
es como un espejismo, es una locura de la naturaleza,
que colmo de belleza a esa tierra lunar,
que sequedad brutal, que silencio espantoso,
sobrecoge su inmensidad que cae desde la montaña
hasta la mar, y de tiempo en tiempo florece
sorprendiendo a quién pueda observar un inmenso jardín
en aquella tierra reseca.
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Desierto de atacama
Poema publicado el 22 de Septiembre de 2010
DESIERTO DE ATACAMA.
Donde nace y muere el sol, allá en aquella lejanía
donde las piedras yacen calcinadas y esparcidas,
ahí donde la noche cae fría y oscura,
envolviendo el cosmos a la tierra
con un abrazo aterrador, con que fuerza surge la naturaleza
en aquellas lejanías, hechas solo para los valientes,
aquellos que se atreven en ella caminar, escarbando
socavones y laberintos en su interior, buscando
el oro, buscando la plata, el cobre y todos los metales
que guarda en sus entrañas, las riquezas se esconden,
esquivando la mano del hombre.
Pero la ambición y la codicia es más fuerte
sin importar ni la muerte.
El desierto magnifico con cerros de colores
es como un espejismo, es una locura de la naturaleza,
que colmo de belleza a esa tierra lunar,
que sequedad brutal, que silencio espantoso,
sobrecoge su inmensidad que cae desde la montaña
hasta la mar, y de tiempo en tiempo florece
sorprendiendo a quién pueda observar un inmenso jardín
en aquella tierra reseca.