Buenas tardes a todos los foreros de La Nuez de Arriba. He visto que surgen pequeñas disensiones acerca de la frecuencia con que debe utilizarse el foro y de las atenciones que deberían tener unos para con otros. ¡Hombre, no os lo toméis tan a pecho! El foro no es una carga que haya que soportar un día sí y otro también, sino un medio de aportar algo positivo "cuando se tiene" y cuando no se tiene, no pasa nada si uno se acoge a aquel precioso adagio que reza así: "no hables si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio", y uno no siempre tiene algo hermoso que decir.
Hoy me decido a intervenir y a matar varios pájaros de un tiro porque unos y otros habéis utilizado una de mis fotos para cantar las alabanzas del pueblo o para decir lo que pensabais del foro. Gracias a todos; las fotos las hice con todo cariño. Mis reflexiones de hoy no pretenden deciros nada nuevo de propia cosecha, sino poneros en la pista de algo realmente interesante.
Mi autor preferido en mis años de formación era un gran filósofo ibérico llamado Baruch Spinoza, en el terreno intelectual, así como Antoine de Saint-Exupéry lo era en el terreno afectivo. Pues bien, ese gran filósofo (condenado por racionalista por su iglesia judía, porque era judío como su gran admirador Albert Einstein, el padre del relativismo) tiene una frase a la que yo siempre he vinculado mis paseos por el páramo y esos caminos que le surcan y que allá, a lo lejos, se juntan con el cielo. He aquí la frase: "deja de ir a esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tú construiste creyendo que era mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, en los ríos, en los lagos, en las playas..." Y de tal forma vinculaba yo esos caminos del páramo a esas palabras de Spinoza, que muchas veces, andando por ellos, me han dado ganas de decir: hoy he visto a Dios.
No sigo porque esto me llevaría demasiado lejos, pero os invito a que leais el texto completo en un blog del periodista Juan Arias: Google-EL PAÏS-Internacional-Blogs-Juan Arias, y una vez en él, consultad el archivo de enero; en él enconcontraréis un título que reza: "No me busques en la Biblia, estoy en los amaneceres".
¡Ah! y para los que cantais al amor (Victoria, Marcelino, rosa) pero de distinto signo, aprovechad y leed en el mismo lugar, y de hoy mismo, este otro: "El miedo al erotismo de la Biblia".
¡Ya me contaréis! Chindasvinto
Hoy me decido a intervenir y a matar varios pájaros de un tiro porque unos y otros habéis utilizado una de mis fotos para cantar las alabanzas del pueblo o para decir lo que pensabais del foro. Gracias a todos; las fotos las hice con todo cariño. Mis reflexiones de hoy no pretenden deciros nada nuevo de propia cosecha, sino poneros en la pista de algo realmente interesante.
Mi autor preferido en mis años de formación era un gran filósofo ibérico llamado Baruch Spinoza, en el terreno intelectual, así como Antoine de Saint-Exupéry lo era en el terreno afectivo. Pues bien, ese gran filósofo (condenado por racionalista por su iglesia judía, porque era judío como su gran admirador Albert Einstein, el padre del relativismo) tiene una frase a la que yo siempre he vinculado mis paseos por el páramo y esos caminos que le surcan y que allá, a lo lejos, se juntan con el cielo. He aquí la frase: "deja de ir a esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tú construiste creyendo que era mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, en los ríos, en los lagos, en las playas..." Y de tal forma vinculaba yo esos caminos del páramo a esas palabras de Spinoza, que muchas veces, andando por ellos, me han dado ganas de decir: hoy he visto a Dios.
No sigo porque esto me llevaría demasiado lejos, pero os invito a que leais el texto completo en un blog del periodista Juan Arias: Google-EL PAÏS-Internacional-Blogs-Juan Arias, y una vez en él, consultad el archivo de enero; en él enconcontraréis un título que reza: "No me busques en la Biblia, estoy en los amaneceres".
¡Ah! y para los que cantais al amor (Victoria, Marcelino, rosa) pero de distinto signo, aprovechad y leed en el mismo lugar, y de hoy mismo, este otro: "El miedo al erotismo de la Biblia".
¡Ya me contaréis! Chindasvinto
