Algo más que amistad
Entre sueños me cuidaste,
entre sueños me imaginaste.
Entre brazos me abrigaste,
entre brazos me cargaste.
Con tus ojos a lo lejos me mirabas,
con tus ojos a la distancia me bendecías.
Cuando sonreía también lo hacías tú,
cuando reía, también tú;
pero cuando afligida, tú callabas.
A tu lado crecí, a tu lado soñé,
a tu lado imaginé, a tu lado lloré.
No existió en mi vida tal reflejo de emociones
que la que tú me diste.
Al ver tu rostro deforme, profundo y extraviado
pienso en lo cálida que fue tu mirada,
al verte hacinado a otros,
recuerdo nuestros desolados encuentros,
Al recordar tu voz aún escucho mi nombre,
mi bondad, mi otro yo.
Si hubiera sabido que te despedías
al pararte de la mesa,
no hubiera hablado de poemas,
por todo lo demás, no me arrepiento.
Y al soñar te beso y no concibo que junto a ti
se haya ido lo que hubiera podido ser
la razón de mi vida y de todo mi ser.
Pronto nos veremos y hablaremos eternamente
de los mismos poemas, pero hechos realidad,
como cuando éramos niños y
me mecías sobre lo negro, cerca de tu nívea alma.
Anónimo
Entre sueños me cuidaste,
entre sueños me imaginaste.
Entre brazos me abrigaste,
entre brazos me cargaste.
Con tus ojos a lo lejos me mirabas,
con tus ojos a la distancia me bendecías.
Cuando sonreía también lo hacías tú,
cuando reía, también tú;
pero cuando afligida, tú callabas.
A tu lado crecí, a tu lado soñé,
a tu lado imaginé, a tu lado lloré.
No existió en mi vida tal reflejo de emociones
que la que tú me diste.
Al ver tu rostro deforme, profundo y extraviado
pienso en lo cálida que fue tu mirada,
al verte hacinado a otros,
recuerdo nuestros desolados encuentros,
Al recordar tu voz aún escucho mi nombre,
mi bondad, mi otro yo.
Si hubiera sabido que te despedías
al pararte de la mesa,
no hubiera hablado de poemas,
por todo lo demás, no me arrepiento.
Y al soñar te beso y no concibo que junto a ti
se haya ido lo que hubiera podido ser
la razón de mi vida y de todo mi ser.
Pronto nos veremos y hablaremos eternamente
de los mismos poemas, pero hechos realidad,
como cuando éramos niños y
me mecías sobre lo negro, cerca de tu nívea alma.
Anónimo