Recopiló: José Manuel Fernández Cano.
LAS AMONESTACIONES
(Mayo)
(Se cantan en Porzuna)
Desde el río me he venido
más de prisa que despacio,
y en el camino me han dicho
que te estabas desposando.
Primero me quitaría
la vida con un rejón,
que yo verte en manos de otro
prenda de mi corazón.
Primera amonestación
que en el coro te leyeren,
que es el primer. paraíso
que a mi corazón le dieren
LAS AMONESTACIONES
(Mayo)
(Se cantan en Porzuna)
Desde el río me he venido
más de prisa que despacio,
y en el camino me han dicho
que te estabas desposando.
Primero me quitaría
la vida con un rejón,
que yo verte en manos de otro
prenda de mi corazón.
Primera amonestación
que en el coro te leyeren,
que es el primer. paraíso
que a mi corazón le dieren
Segunda amonestación
yo te puse impedimento,
para que no des a dos
palabra de casamiento.
Tercera amonestación
yo perdí las esperanzas,
de lo mucho que te quise
dulce prenda de mi alma.
El día que tú te cases
te vestirás de encarnado,
y mi vestido será
un hábito franciscano.
El día que tú te cases
aquel día muero yo,
se juntarán en la iglesia
mi entierro y tu velación.
yo te puse impedimento,
para que no des a dos
palabra de casamiento.
Tercera amonestación
yo perdí las esperanzas,
de lo mucho que te quise
dulce prenda de mi alma.
El día que tú te cases
te vestirás de encarnado,
y mi vestido será
un hábito franciscano.
El día que tú te cases
aquel día muero yo,
se juntarán en la iglesia
mi entierro y tu velación.
Te sentarás en la mesa
en compaña de tu gente,
y mi compaña será
cuatro velas solamente.
El padrino y la madrina
te llevarán a acostar,
y a mí entre cuatro amigos
me llevarán a enterrar.
Ya te estarás acostando
gozando de tus amores,
ya murió la mejor rosa
que había en todas las flores.
Cuántas veces pasarás
por donde yo esté enterrado
y ni siquiera dirás
Dios le haya perdonado.
Al decir Dios te perdone
me levantaré rompiendo
los mármoles del sepulcro
sólo por volver a veros.
en compaña de tu gente,
y mi compaña será
cuatro velas solamente.
El padrino y la madrina
te llevarán a acostar,
y a mí entre cuatro amigos
me llevarán a enterrar.
Ya te estarás acostando
gozando de tus amores,
ya murió la mejor rosa
que había en todas las flores.
Cuántas veces pasarás
por donde yo esté enterrado
y ni siquiera dirás
Dios le haya perdonado.
Al decir Dios te perdone
me levantaré rompiendo
los mármoles del sepulcro
sólo por volver a veros.