1. Escucha la sabiduría de tu cuerpo que se expresa a través de señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas una conducta determinada, pregúntale a tu cuerpo: ¿Cómo te sientes acerca de esto? Si te contesta con señales de malestar, ¡Cuidado! Si te responde con alegría y comodidad ¡Adelante!.
3. Tómate un tiempo para estar en silencio y acallar el diálogo interno. “Guíate por tu intuición y no por interpretaciones impuestas externamente de lo que es bueno y de lo que no lo es.
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