A veces te sientes como un arado que barre siempre el mismo surco y piensas que el trabajo sería más blando si caminaras en compañía.
A veces te enredas en la nostalgia de lo que dejaste atrás y, así como el
agua busca su nivel tu sangre tira y lleva lejos tu memoria. Miras por sobre el hombro y recuerdas a tus
amigos, tu vieja
casa, tu ayer o ese alguien especial para ti.