“Cada uno sabe donde le aprieta el zapato”.
“Quien no buscó amigos en la alegría, en la tristeza no los pida”.
“Más rápido se coge al mentiroso que al cojo”.
“Contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar”.
“Amor sin celos no lo dan los cielos”.
“Quien todo lo quiere todo lo pierde”.
La palabra es plata y el silencio es oro.
El infierno tiene el camino empedrado de buenas intenciones.
Quien bien gane, bien gaste, pero no malgaste.
El que se casa por todo pasa.
Muchos pocos hacen un mucho.
Dame pan y llámame tonto.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Quien tiene tienda que la atienda o sino que la venda.
Donde menos se piensa, salta la liebre.
Amigo reconciliado, enemigo doblado.
A enemigo que huye, puente de plata.
Bueno es que haya ratones, para que no se sepa quien se come el queso.
Ni bebas agua que no veas, ni firmes cartas que no leas.
Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro.
El infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras.
“Me revienta que hablen cuando interrumpo”
A las cuatro de la mañana nunca se sabe si se es demasiado tarde o demasiado temprano.
Después de los 60, todos pertenecen al sexo débil.
Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas.