Amigo
¡Feliz quien lo tiene!
En todas las horas de su vida!
¡Sea para la alegría, o para enjugar el llanto!
Un hombro, donde reposamos la cabeza,
¡no importa el día ni la hora!
Ah! Si no lo tuviera, nada tendría!
¡Seria la mas pobre criatura de este planeta!
Y cuando los precisé, estaban allí!
No uno, pero algunos, que me dieron vuelta
mi vida mutilada, perdida, ¡enloquecida!
Y, nada tengo, como pagar tanta abnegación
a ti, amigo y amiga que me acompañaron,
no en mi alegría,
pero en mi insanidad, ¡no poética!
De rodillas, les agradezco
todo el amor y paciencia que tuvieron
para conmigo, en aquella situación que pasé
para comprender que la vida
¡es mucho más!
¡Vale mucho más de lo que sabía!
Hoy, curada, agradezco a mis queridos amigos
que me ayudaron a recorrer esta carretera tan dolorida
¡que tuve que pasar!
Fueron plegarias, juros, lloros,
lamentos, dudas,
sin saber, si yo volvería...
Pues bien, estoy aquí.
Soy toda tuya
para vivir y agradecer
y bendecir al Señor que cansado
de tanto escuchar tus plegarias
¡me dio la cura!
¡La cura de la vida!
Vida encantada, mágica,
¡feliz, llena de alegría y amor!
Gracias, amigos,
¡sin ustedes nada soy!
Eda Carneiro da Rocha
ben@araruama. com. br
Araruama
¡Feliz quien lo tiene!
En todas las horas de su vida!
¡Sea para la alegría, o para enjugar el llanto!
Un hombro, donde reposamos la cabeza,
¡no importa el día ni la hora!
Ah! Si no lo tuviera, nada tendría!
¡Seria la mas pobre criatura de este planeta!
Y cuando los precisé, estaban allí!
No uno, pero algunos, que me dieron vuelta
mi vida mutilada, perdida, ¡enloquecida!
Y, nada tengo, como pagar tanta abnegación
a ti, amigo y amiga que me acompañaron,
no en mi alegría,
pero en mi insanidad, ¡no poética!
De rodillas, les agradezco
todo el amor y paciencia que tuvieron
para conmigo, en aquella situación que pasé
para comprender que la vida
¡es mucho más!
¡Vale mucho más de lo que sabía!
Hoy, curada, agradezco a mis queridos amigos
que me ayudaron a recorrer esta carretera tan dolorida
¡que tuve que pasar!
Fueron plegarias, juros, lloros,
lamentos, dudas,
sin saber, si yo volvería...
Pues bien, estoy aquí.
Soy toda tuya
para vivir y agradecer
y bendecir al Señor que cansado
de tanto escuchar tus plegarias
¡me dio la cura!
¡La cura de la vida!
Vida encantada, mágica,
¡feliz, llena de alegría y amor!
Gracias, amigos,
¡sin ustedes nada soy!
Eda Carneiro da Rocha
ben@araruama. com. br
Araruama