Aquí estoy, yo soy quien lo hice, vuelve tu espalda hacia mí (Virgilio)
Las pequeñas cortesias endulzan la vida; las grandes la ennoblecen (Christian N. Bovée)
Los ancianos gustan de darnos buenos preceptos para consolarse de no poder darnos malos ejemplos (François de La Rochefoucauld)
Cuando el niño destroza su juguete, parece que anda buscándole el alma (Victor Hugo)
La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien (José Luis de San Martín)
Un cura joven hace los mejores sermones (Alfred de Musset)