¡Y aun el cuervo inmóvil!, fijo, sigue fijo en la
escultura,
Sobre el busto que ornamenta de mi
puerta la moldura....
Y sus ojos son los ojos de un demonio que, durmiendo,
Las visiones ve del mal;
Y la luz sobre él cayendo, sobre el suelo flota..., nunca
Se alzará..., nunca jamás!