Te busqué
Te busqué en el amanecer de cada día.
Mi corazón se acobardaba con tu silencio
mis manos, ahora vacías, esperaban
como el agua del torrente.
Te busqué y el eco del viento
me devolvió al exilio de tu ausencia.
Te busqué en la noche profunda,
te busqué en tu estrella rutilante,
te esperé con el eco enmudecido de mi anhelo.
Pasaron las noches,
llegaron los días
y mi corazón no se acostumbra a tu ausencia.
Mis pasos se pierden en tu recuerdo.
Titilan las olas de mis ojos
en el eco de tu voz distante.
Ansío las tardes del verano,
las veladas del invierno
desgranando las palabras,
tu voz sigue cayendo como un torrente
en el hueco de mi alma solitaria.
Te busco,
te espero.
Soledad Hernández
Te busqué en el amanecer de cada día.
Mi corazón se acobardaba con tu silencio
mis manos, ahora vacías, esperaban
como el agua del torrente.
Te busqué y el eco del viento
me devolvió al exilio de tu ausencia.
Te busqué en la noche profunda,
te busqué en tu estrella rutilante,
te esperé con el eco enmudecido de mi anhelo.
Pasaron las noches,
llegaron los días
y mi corazón no se acostumbra a tu ausencia.
Mis pasos se pierden en tu recuerdo.
Titilan las olas de mis ojos
en el eco de tu voz distante.
Ansío las tardes del verano,
las veladas del invierno
desgranando las palabras,
tu voz sigue cayendo como un torrente
en el hueco de mi alma solitaria.
Te busco,
te espero.
Soledad Hernández