Brotó mi amor cuando me miraste, y floreció cuando me besaste.
En la tierra nació una rosa, al nacer se abrió. Y dentro ponía el nombre del chico que quiero yo.
Déjame que te mire a los ojos y así sabré si las rosas tienen corazón.
Quisiera ser florecita y estar en tú jardín para verte toditos los días cerquita de mí.
Las flores pierden pétalos, los peces pierden escamas, y yo pierdo el tiempo pensando en quien no me ama.
La belleza de una rosa no tiene comparación, con la dulzura de tu rostro y la hermosura de tu corazón.
Una flor en el desierto es difícil de encontrar y un amor como el tuyo es difícil de olvidar.
Doy gracias a Dios por haberme dejado admirar la rosa más bella de su jardín.