Dedo encogido no rebaña plato
Una vez más, el pueblo español acude al símil de la comida, del pan o del guiso, verdadera obsesión nacional durante siglos, para ofrecernos un refrán de magnífica estructura, de gran fuerza expresiva, dirigido a poner de manifiesto los problemas de la timidez. Con el dedo encogido, esto es, sin decisión y mostrándonos cobardes, no conseguiremos lo que nos proponemos. Del mismo modo, el refrán adquiere una dimensión muy amplia al proponernos que para hacernos con nuestro sitio en la sociedad y conseguir el trozo o parte que nos pueda corresponder es preciso actuar con coraje, sobre todo en unos momentos de gran competencia.
Una vez más, el pueblo español acude al símil de la comida, del pan o del guiso, verdadera obsesión nacional durante siglos, para ofrecernos un refrán de magnífica estructura, de gran fuerza expresiva, dirigido a poner de manifiesto los problemas de la timidez. Con el dedo encogido, esto es, sin decisión y mostrándonos cobardes, no conseguiremos lo que nos proponemos. Del mismo modo, el refrán adquiere una dimensión muy amplia al proponernos que para hacernos con nuestro sitio en la sociedad y conseguir el trozo o parte que nos pueda corresponder es preciso actuar con coraje, sobre todo en unos momentos de gran competencia.