La LUNA fue quedándose cada vez más angustiada. A pesar del brillo dado por Dios, fue tornándose solitaria.
El SOL, a su vez, había ganado un título de nobleza: "ASTRO REY", pero eso tampoco le hizo feliz.
Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: "No debéis estar tristes, ambos ahora poseeis un brillo propio."
El SOL, a su vez, había ganado un título de nobleza: "ASTRO REY", pero eso tampoco le hizo feliz.
Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: "No debéis estar tristes, ambos ahora poseeis un brillo propio."