113
No teníamos más permiso,
ni otro alivio la gauchada,
que salir de madrugada,
cuando no había indio ninguno,
campo ajuera a hacer boliadas
desocando los reyunos.
No teníamos más permiso,
ni otro alivio la gauchada,
que salir de madrugada,
cuando no había indio ninguno,
campo ajuera a hacer boliadas
desocando los reyunos.