54
allí un gringo con un órgano
y una mona que bailaba,
haciéndonos rair estaba,
cuanto le tocó el arreo,
¡tan grande el gringo y tan feo,
lo viera cómo lloraba!.
allí un gringo con un órgano
y una mona que bailaba,
haciéndonos rair estaba,
cuanto le tocó el arreo,
¡tan grande el gringo y tan feo,
lo viera cómo lloraba!.
55
Hasta un inglés zanjiador
que decía en la última guerra
que él era de incalaperra
y que no quería servir,
también tuvo que juir
a guarecerse en la sierra.
Hasta un inglés zanjiador
que decía en la última guerra
que él era de incalaperra
y que no quería servir,
también tuvo que juir
a guarecerse en la sierra.