EL TRIGO Y LA CIZAÑA
Un hombre sembró semilla buena en su finca; mientras todos dormían llegó su enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se marchó.
Cuando brotaron los tallos y se formó la espiga, apareció también la cizaña. Los obreros fueron a decirle al propietario:
-- Señor, ¿No sembraste en tu finca semilla buena? ¿Cómo resulta entonces que sale cizaña?
El les declaró:
-- Eso es obra de algún enemigo.
Preguntaron los obreros:
-- ¿Quieres que vayamos a escardarla?
Respondió él:
-- No, por si acaso al escardar la cizaña arrancáis con ella el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Al tiempo de la siega diré a los segadores: Entresacad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, almacenadlo en mi granero.
Un hombre sembró semilla buena en su finca; mientras todos dormían llegó su enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se marchó.
Cuando brotaron los tallos y se formó la espiga, apareció también la cizaña. Los obreros fueron a decirle al propietario:
-- Señor, ¿No sembraste en tu finca semilla buena? ¿Cómo resulta entonces que sale cizaña?
El les declaró:
-- Eso es obra de algún enemigo.
Preguntaron los obreros:
-- ¿Quieres que vayamos a escardarla?
Respondió él:
-- No, por si acaso al escardar la cizaña arrancáis con ella el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Al tiempo de la siega diré a los segadores: Entresacad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, almacenadlo en mi granero.
Cuando iniciamos un proyecto, debemos mantener la vigilia, pues enemigos humanos y naturales, conocidos o desconocidos, o equivocaciones involuntarias nos acechan constantemente intentando hacer fracasar nuestros propósitos